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¿Qué es la crítica?
Michel Foucaultbiblioteca clásica
¿Cómo gobernar a los hombres? Esta pregunta fundamental se instala, nos dice Foucault, a partir del siglo XVI, y no ha dejado de plantearse desde entonces en las sociedades occidentales, marcando el auge del "arte de gobernar". Si la Iglesia cristiana sostenía que cada individuo debía ser conducido hacia la salvación por alguien a quien lo ligaba un vínculo de obediencia, según el modelo del pastor y las ovejas, y si esta idea rigió durante siglos en círculos muy reducidos, con la Modernidad se extiende a la sociedad toda. Se trata de gobernar a los niños, a los pobres y los mendigos, a la familia, a los ejércitos, a los Estados, a sí mismo y a los otros. Este libro, que reúne por primera vez en una edición crítica dos conferencias cruciales de Michel Foucault, muestra las transformaciones históricas que han hecho posible "la pastoralización" tanto de la política como de la subjetividad. Ambos textos encaran la cuestión a la luz del concepto kantiano de Ilustración, para explicar que, como un modo de desconfiar de esas artes de gobernar, de recusarlas, de limitarlas, se erige "una actitud crítica", el arte de la inservidumbre voluntaria o de la indocilidad reflexiva. A partir de una audaz lectura de Kant, Foucault recupera la idea de crítica como coraje, como gesto ético-político que quiebra el lazo de la obediencia, como la actitud de quien se resiste a ser gobernado a cualquier precio, de cualquier manera. Con un prólogo de Edgardo Castro, y tres conversaciones de Foucault en un registro irreverente y esclarecedor en torno a estos temas, este libro permite entender su trayectoria de pensamiento en el lapso clave que va de 1978 a 1983. Sobre todo, su decisión de repensar la crítica y la "cultura de sí", ambas como prácticas que abren la posibilidad de recobrar autonomía, de rechazar lo que somos e inventar nuevas formas de relación con nosotros mismos, a contrapelo de las relaciones de dominación.
Vida de perro
Diego Sztulwarksingular
La noche en que Macri venció a Scioli en la segunda vuelta de las presidenciales, Diego Sztulwark le escribió a Horacio Verbitsky para insistirle en que era el momento de encarar un libro de balances. No de inventario de lo mal hecho, no de pase de facturas o de revisión frívola del pasado. De balances políticos. Vida de perro es ese libro. Más de medio siglo de historia argentina desde la mirada de un personaje memorioso, selectivo, intolerante a la ambigüedad y a la estupidez, celoso de su trabajo. Un viajero político en el tiempo. De militante en las FAP a presidente del CELS. Crítico y autocrítico, pero no arrepentido ni nostálgico. Y es a la vez un libro de conversaciones entre personas de distintas generaciones y posiciones ideológicas. Diego Sztulwark, interesado en el pensamiento político y la tradición de las izquierdas, pregunta sin pelos en la lengua porque quiere entender cómo llegamos al gobierno de Cambiemos, porque quiere reemplazar el "misterio" Verbitsky por el "método" Verbitsky, aprovechar su mirada sistemática y documentada sobre el presente para relanzar la investigación y la lucha política sobre bases más vitales, menos engañosas. Juntos recorren los años en que Verbitsky fue militante en Montoneros, el tiempo de la clandestinidad, sus posiciones frente a la discusión sobre la violencia revolucionaria, frente a la corrupción kirchnerista, sus críticas a la izquierda trotskista, su lectura a contrapelo de tantos de Bergoglio, del peronismo y de Macri, su trayectoria periodística, desde la prensa militante en los setenta hasta Clarín, Página/12 y El Cohete a la Luna. En el cur so de una conversación honesta y sin desperdicio, que los habilita a discrepar y a hablar sin tabúes, fluyen las anécdotas que cruzan vida-política-oficio, la tensión constante entre pragmatismo y principismo. Un Verbitsky desconocido y sorprendente. Un libro central para los tiempos que vienen.
Por un populismo de izquierda
Chantal Mouffesociología y política
Cerrado por fútbol
Eduardo Galeanobiblioteca eduardo galeano
"Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía: Cerrado por fútbol. Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado sesenta y cuatro partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón preferido. Esa proeza me dejó frito, los músculos dolidos, la garganta rota; pero ya estoy sintiendo nostalgia." "Desde chico quise ser jugador de fútbol. Y fui el mejor de los mejores, pero sólo en sueños, mientras dormía. Al despertar, no bien caminaba un par de pasos y pateaba una piedrita en la vereda, ya confirmaba que el fútbol no era lo mío. Estaba visto: yo no tenía más remedio que probar algún otro oficio. Intenté varios, sin suerte, hasta que por fin empecé a escribir." Este libro reúne todos los textos que Galeano escribió sobre fútbol, la mayoría dispersos en su obra publicada, pero también varios inéditos y verdaderos hallazgos, como la crónica en la que, con sólo 23 años, llama "traidor" al Che Guevara en persona por haber adquirido en Cuba la pasión por el béisbol. Las páginas proponen un recorrido por la historia del fútbol, desde la época en que un jugador recibía una vaca por cada gol hasta el tiempo de los jugadores multimillonarios agobiados por el éxito, pasando por el relato de los diez futbolistas que se pintaron la cara de negro en solidaridad con su compañero discriminado por la hinchada; también hablan de Maradona, "el hombre que no podía vivir sin la fama que no lo dejaba vivir", y de Zidane, que en su último partido embistió a un rival y se retiró expulsado de un mundial mediocre. Eduardo Galeano creía que el fútbol expresaba "emociones colectivas", esas que generan "fiesta compartida o compartido naufragio, y existen sin dar explicaciones ni pedir disculpas". De esas pasiones habla Cerrado por fútbol.
Último round (2 tomos)
Julio CortazarEditar desde la izquierda en América Latina
Gustavo Sorámetamorfosis
Una que sepamos todos
Luis Pescettieducación que aprende
"La educación tiene que ser creativa e innovadora." Todos oímos este reclamo alguna vez, pero ¿cómo hacer? ¿De qué modo podemos acompañar las ganas de aprender de los chicos? En Una que sepamos todos, la alegría es la clave para encender el entusiasmo por el aprendizaje, y el juego, la gran puerta de entrada para conectar con el espíritu inquieto y curioso de los chicos. Con chispa de humorista, talento de escritor y mucha experiencia docente, Luis Pescetti arma una bolsa de juglar repleta de juegos musicales, de animación y de lectura en voz alta para llevar al aula, el campamento, el club y a todas partes. Las canciones que tararea la abuela, los juegos en la plaza, las historias de cuando papá era chico, los trabalenguas, las adivinanzas... Pescetti recupera en este libro la riqueza de esas voces que dejamos fuera de la escuela, pero que aportan un combustible vital imprescindible para el aprendizaje. "Maestros, llenen sus alforjas de buenos juegos, de chistes, de palmas, de rimas y canciones. El viaje es largo, y como le sucede a quien llega a una nueva tierra, nos da seguridad que nuestros guías estén contentos con su tarea y tengan ánimo." Esta es la invitación.
Antropología del deporte
Niko Besnierantropológicas
¿Por qué tomarse la molestia de hacer elecciones?
Adam Przeworskiderecho y política
La vuelta al día en 80 mundos (2 tomos)
Julio CortazarEste libro puede leerse como un collage de textos: un conjunto de invenciones, homenajes, digresiones y retratos, que vuelven el mundo irremediablemente cortazariano. Publicado originalmente en 1967, La vuelta al día en ochenta mundos lleva las marcas de la época: la juventud era toda rebeldía, el jazz de vanguardia ya convivía con Los Beatles, la imaginación tomaba el poder, y el espíritu del surrealismo, la patafísica y el situacionismo inundaba un arte que se había vuelto pop. Si hay algo superlativo en este libro, es que esa frescura se mantiene intacta. Alcanza con leer apenas unas páginas para comprobarlo, para quedar absortos frente a su libertad formal, para tener ganas de ir por más: de seguir a Cortázar hasta Duchamp, y de ahí saltar a Boris Vian, pasando por Rimbaud y por Thelonious Monk. La vuelta al día en ochenta mundos es el gran libro moderno de Cortázar. Pero también es un libro-objeto. Incorpora viñetas, fotografías y dibujos, preparados y dispuestos por otro Julio -Silva- para que el lector se sumerja en un viaje lleno de sorpresas, juegos, peripecias, casi como en las novelas de aventuras de otro Julio -Verne- al que Cortázar no deja de celebrar de principio a fin. Qué mejor que escuchar al propio autor referirse a este periplo sin par: "Todo participa de esta respiración de la esponja en la que continuamente entran y salen peces de recuerdo, alianzas fulminantes de tiempos y estados, y materias que la seriedad, esa señora demasiado escuchada, consideraría inconciliables".
Delincuentes viajeros
Diego Galeanohacer historia
Entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX, en medio del vertiginoso proceso de modernización que atraviesan las principales ciudades de Sudamérica, los archivos policiales de Buenos Aires y Río de Janeiro empiezan a registrar, con alarma, la amenaza de los "delincuentes viajeros", un tipo de personaje especialmente difícil de detectar, veloz y con apariencia de gentleman, capaz de concretar con éxito robos y estafas sin ejercer violencia. ¿Quiénes eran estos ladrones de guante blanco? ¿Existieron más allá de las fantasías y las coartadas policiales? En una pesquisa tan rigurosa como apasionante en sí misma, Diego Galeano persigue esas biografías escurridizas, esas historias de individuos o de bandas que circulaban por el espacio atlántico con nombres falsos, documentos fraguados, ganzúas, llaves, navajas, valijas elegantes. Revisando documentación policial telegramas, retratos, álbumes fotográficos, fichas antropométricas y dactiloscópicas, rastros que atestiguan los pactos de cooperación y las redes de vigilancia transnacional, el autor reconstruye el modus operandi de los "ratones de hotel", los cuenteros del tío y los punguistas, verdaderos profesionales que operaban en los hoteles de lujo o se movían al amparo del anonimato en ciudades cada vez más populosas. Y revela también los esfuerzos de las policías que, recurriendo a las modernas técnicas de identificación y al canje de antecedentes e información, buscaban combatir a los malhechores con la menor burocracia posible. Contribución valiosa a la historia social de las prácticas delictivas y de la policía, este libro narra las deliciosas picardías de un puñado de ladrones viajeros, en una época de fronteras porosas y un intenso flujo de personas, papeles e ideas, a la vez que aporta una pieza nueva y necesaria a una genealogía de los mecanismos de control transnacional.
La ciencia y los monstruos
Luis Javier Plata Rosasciencia que ladra...serie clásica
¿Qué tiene la ciencia para decir sobre los monstruos que nos han aterrado por generaciones, desde los clásicos Frankenstein y Drácula hasta los vampiros enamorados de la saga Crepúsculo? En la variedad está el susto: bajo el ropaje de malvadas brujas en los cuentos infantiles o como muertos vivos que acechan a la vuelta de la esquina, los monstruos viven con nosotros, nos atraen, nos espantan, nos reafirman como humanos. Es que, justamente, lo monstruoso es lo diferente, lo que no alcanzamos a comprender. Como en los más memorables gabinetes de maravillas, de la mano de Luis Javier Plata Rosas la ciencia hace su aparición triunfal. ¿Qué tienen para decir la astronomía y la meteorología sobre el misterio de la creación de Frankenstein? ¿Qué relación hay entre el pez globo, la hechicería y los zombis? ¿Qué tienen que ver el pan de centeno o la cerveza con la proliferación de brujas en remotos pueblos de Noruega? Pero esto no es todo, el autor incursiona también en la psicología evolutiva para dejar en claro que las películas de terror son la versión moderna de aquellos ritos ancestrales que incentivaban a los jóvenes a dominar el miedo. En estas páginas conviven los más grandes monstruos de la fantasía con auténticos monstruos de la investigación científica -algunos no tan afamados, aunque trascendentes en la historia de nuestra especie-. Mientras las recorremos, recordemos las palabras de la genial Marie Curie: "En la vida no hay cosas que temer, sólo cosas por entender".
Manifiesto comunista
Friedrich Engelsbiblioteca del pensamiento socialista
La revolución rusa
Sheila Fitzpatrickhacer historia
La historia de la Unión Soviética (1917-1991) se transformó de manera vertiginosa en las últimas décadas. Los historiadores, hasta hace poco limitados a usar la escasa información oficial, cuentan ahora con el valioso auxilio de los archivos, admirablemente conservados, que día a día se abren para la investigación. A la vez, el derrumbe del régimen soviético invita a mirar su pasado con una visión menos orientada a buscar en él la prefiguración del mundo futuro que a rastrear, en ese breve siglo de existencia, el desarrollo acelerado de procesos característicos de toda la historia occidental: la industrialización, la urbanización, la transformación agraria, el proyecto educativo y, sobre todo, la construcción de un Estado nacional. Sheila Fitzpatrick, una de las mayores especialistas en historia soviética, autora de estudios innovadores acerca del período estalinista, ha elaborado en La revolución rusa una síntesis comprensiva, sólidamente sustentada en los últimos avances historiográficos, en la que combina viejas y nuevas preguntas. Este libro intenta responder una de ellas: ¿cuándo terminó la revolución soviética? La historiadora elige el ambiguo lapso de vísperas de la Segunda Guerra Mundial, cuando el régimen estalinista proclamó la victoria de la revolución misma y el comienzo de la normalidad, mientras iniciaba la más profunda "purga", que conllevó la matanza de la primera camada de dirigentes revolucionarios. En esta nueva edición actualizada, La revolución rusa vuelve a afirmarse como un libro introductorio y de referencia, conciso y a la vez cargado de análisis agudos. Una ventana para quienes quieran asomarse a uno de los acontecimientos más complejos y dramáticos del siglo XX.
Datos, pruebas e ideas
Howard Beckersociología y política
En cualquier investigación en ciencias sociales los riesgos acechan: muchas veces, las categorías que se usan para analizar un fenómeno pueden olvidar parte de él, los hechos que contradicen la hipótesis inicial quedan sin registrarse, las encuestas favorecen una respuesta o inhiben otra, los resultados se generalizan a cuestiones que no se estudiaron y quienes recolectan los datos pueden influir con sus sesgos y motivaciones en las respuestas que obtienen. Para Howard Becker uno de los sociólogos clave en la escena contemporánea, estos errores no ocurren al azar ni son inesperados. "En realidad escribe, la organización de nuestras actividades de investigación los torna hasta cierto punto probables y esperables", naturalizados con la afirmación tranquilizadora de que "todo el mundo lo hace así". En Datos, pruebas e ideas, Becker explora una variedad de distorsiones y errores de investigación, mediante ejemplos de indagaciones ajenas y una extensa experiencia propia de trabajo de campo en distintos ámbitos. A partir de este valioso material postula que, lejos de naturalizarse o tomarse como simples "fallas técnicas", los errores deberían convertirse por derecho propio en objetos de investigación. Con sentido del humor, ánimo de polemizar y tono accesible, Becker cuyos heterodoxos escritos de metodología son ya un clásico en las ciencias sociales, invita a sus colegas a salir de la comodidad de las recetas aprendidas y nunca cuestionadas, y a reflexionar sobre los supuestos que los guían para identificar sus problemas de investigación e, incluso, sobre los sesgos que ellos mismos pueden transmitir a sus resultados. En este libro, llamado a ocupar un lugar destacado en las bibliotecas de estudiantes de grado y posgrado, profesores e investigadores, Becker exhorta a "crear datos que sirvan como pruebas fidedignas, capaces de soportar el peso que les atribuimos, las ideas que queremos explorar".
La voz del maestro
Edson Passettibiblioteca clásica
La ciencia en el aula
Diego Golombekeducación que aprende
Crítica (y reivindicación) de la universidad pública
Eduardo José Míguezhacer historia
La Constelación del Sur
Patricia Willsonmetamorfosis
¿Por qué funciona el populismo?
María Esperanza Casullosociología y política
Guía para criar hijos curiosos
Melina Furmaneducación que aprende
Las cuentas pendientes del sueño americano
Cass Sunsteinderecho y política
"Son demasiados los ciudadanos que no tienen presente la medida en que su propio bienestar es producto de un sistema de gobierno que los beneficia todos los días", escribe Cass R. Sunstein, uno de los más respetados y prolíficos constitucionalistas de nuestro tiempo, quien sitúa su análisis en los Estados Unidos, pero ahonda sobre los problemas teóricos y prácticos de la aplicación de los derechos sociales y económicos en cualquier democracia. El 11 de enero de 1944, el entonces presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt pronunció ante el Congreso el que este libro considera "el discurso del siglo". Roosevelt hizo una defensa vigorosa de la intervención del Estado, afirmó que la libertad individual no podía existir sin independencia y seguridad y enunció una serie de derechos sociales y económicos que dieron forma a lo que se conoce como la Segunda Carta de Derechos, un texto de gran influencia a escala internacional que, paradójicamente, nunca fue incluido en la Constitución de los Estados Unidos. En este libro, Sunstein asesor estrella del gobierno de Obama y hoy profesor en la Universidad de Harvard recupera aquellas ideas renovadoras para examinar críticamente el modo en que los tribunales estadounidenses han resistido la aplicación de esos derechos y sostiene que el rol del Estado como proveedor de bienestar social y económico puede ser compatible con una sociedad y una cultura política que privilegien las libertades del individuo. En América Latina, donde la mayoría de las constituciones incluyen derechos sociales pero no es frecuente la reflexión teórica o crítica sobre su aplicación y alcance en las vidas de los ciudadanos, este libro está llamado a convertirse en fuente de inspiración y apoyo para juristas y expertos de otros campos de las ciencias sociales.
La vida en el archivo
Lila Caimarimínima
Cuando una historiadora o un historiador publica una obra, tendemos a imaginarla como resultado de operaciones analíticas que incluyen la lectura de bibliografía, la puesta a prueba de avances parciales en congresos de expertos (que permiten refinar las hipótesis o el método) y laboriosos procesos de escritura y reescritura. Pero también podemos preguntarnos por una zona de su oficio que el libro terminado no suele dejar a la vista: los meses (o años) pasados en bibliotecas, hemerotecas, reparticiones públicas que guardan fondos documentales, materiales en variable estado de conservación que hablan los lenguajes del pasado. La vida en el archivo confirma que esa faceta más primaria, azarosa y "sucia" del trabajo del investigador se juega en el contacto físico y virtual con libros, revistas, diarios, formularios de otras épocas. Esa tarea artesanal está hecha de tanteos y aproximaciones (¿dónde conseguir los números que faltan de ese magazine policial?, ¿y si finalmente hay que comprarlos por Mercado Libre?), imprescindibles estrategias de acceso (¿cómo ganarse el favor del archivero para que el material siga ahí, a mano, mañana?), padecimientos cotidianos (¿y si esa colección por la que tanto se luchó permanece "muda" y resulta que se perdió un tiempo precioso?, ¿podremos descifrar los trazos casi ilegibles en esas cartas que parecían decisivas?). Estas páginas registran entre la crónica, el ensayo y el diario personal una experiencia hecha de rutinas, pequeñas o grandes frustraciones y peripecias deliciosas, que a veces llevan a momentos de "iluminación súbita", como los llama Carlo Ginzburg. Con humor, con destreza de narradora que comenta sólo lo que conoce muy a fondo, Lila Caimari capta esa etapa de la investigación en que "la" obra no existe todavía, muchos rumbos son posibles y todo parece inestable. Construye así un libro inspirador, heterodoxo, capaz de revelarnos la parte menos conocida de la labor académica e intelectual.
Controlar el delito, controlar la sociedad
Dario Melossinueva criminología
El castigo que recibe un delincuente ¿sirve para rehabilitarlo o para incapacitarlo? ¿O es más bien un mensaje dirigido a la comunidad para inhibir potenciales impulsos por apartarse de la ley (y de paso asegurarle al "ciudadano honesto" que esta existe)? El tipo de penalidad que caracteriza a una sociedad en un momento dado se traduce en las tasas de encarcelamiento, en el funcionamiento del sistema de justicia y en el tipo de población que habita las prisiones. A la vez, se cristaliza en las imágenes con que los medios, los políticos y los académicos presentan a los delincuentes, los desviados, los outsiders como verdaderos monstruos, como enemigos públicos o como síntomas de un mundo conflictivo e injusto. Por eso, hablar de cómo las sociedades y en especial sus élites piensan el delito y reaccionan frente a él es hablar de cómo se piensan a sí mismas, qué estilos y pautas de comportamiento valoran y cuáles deciden desechar o estigmatizar. Dario Melossi, un referente insoslayable en el campo de la sociología y la criminología, traza un recorrido histórico y conceptual prodigioso sobre las ideas acerca del delito y el control social, desde la vigilancia de los primeros panópticos hasta la "simpatía por el diablo" de los Rolling Stones como símbolo de rebeldía. La primera parte sigue los debates en torno a la organización política y la reacción social ante la delincuencia en la Europa decimonónica. La segunda analiza el surgimiento del concepto de control social en la primera "democracia de masas" los Estados Unidos de Norteamérica y la reconstrucción de las posteriores teorías sociológicas de la desviación en los dos primeros tercios del siglo XX. La tercera, más compleja y abierta, rastrea los acontecimientos del período actual desde comienzos de los años setenta, una etapa marcada por un aumento sin precedentes del encarcelamiento en los Estados Unidos y desarrollos en parte semejantes y en parte divergentes en Europa. Con un posfacio escrito especialmente para los lectores en lengua española, Controlar el delito, controlar la sociedad es la combinación perfecta de síntesis y elaboración teórica, fundamental tanto para quien desee introducirse en la historia de los saberes sobre la cuestión criminal como para los especialistas, que encontrarán puntos de referencia y disparadores para indagaciones futuras.