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Hacer la revolución
Aldo Marchesihacer historia
¿Cómo contar el ímpetu revolucionario de los años sesenta y setenta desde un tiempo que no es revolucionario? ¿Cómo capturar un clima de época radicalizado que todavía produce preguntas válidas en la discusión contemporánea? Siguiendo la trayectoria de militantes argentinos, chilenos, uruguayos, brasileños y bolivianos, Aldo Marchesi estudia el nacimiento y la expansión de una red de organizaciones de jóvenes militantes de izquierda que, al calor de la Revolución cubana y de la polarización ideológica de la Guerra Fría, promovieron la violencia política y las estrategias transnacionales como únicos caminos para alcanzar el cambio social. Entre la llegada del Che Guevara a Bolivia en 1966 y el golpe de Estado argentino en 1976, una oleada de movimientos de la nueva izquierda el PRT y luego el ERP en la Argentina, Tupamaros en Uruguay, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria en Chile, el Ejército de Liberación Nacional en Bolivia, escindidos del socialismo y el comunismo o provenientes del trotskismo y el anarquismo, empezaron a organizar encuentros de solidaridad y coordinación regional. Estaban convencidos de que la izquierda tradicional era incapaz de generar situaciones revolucionarias y de resistir el avance del autoritarismo y la hegemonía estadounidense en América Latina. Así, confiaron en la lucha armada y construyeron repertorios de protesta y de acción colectiva novedosos, como la táctica de la guerrilla urbana o el exilio en el Chile de Salvador Allende, en la Argentina peronista entre 1973 y 1976 como parte de una estrategia de lucha continental. Desde un enfoque originalísimo que lo convierte en una obra de referencia actualizada sobre el tema, Hacer la revolución ofrece piezas nuevas, decisivas, para entender la historia de la izquierda, el surgimiento del autoritarismo en la región, y el papel activo de las periferias en los países centrales. Porque no sólo cuenta los años de la épica revolucionaria, los años del fracaso y el repliegue, y el tiempo de la adaptación a la nueva coyuntura democrática, cuando las preguntas por la igualdad y el socialismo siguen vigentes, sino que además revela el lugar que ocupó el Cono Sur sus figuras icónicas, sus debates, sus opciones políticas en la revuelta global de los sesenta.
Cuando los trabajadores salieron de compras
Natalia Milanesiohacer historia
Entre 1946 y 1955, el peronismo clásico fue el escenario de un cambio sin precedentes en el país: como consecuencia del incremento del salario real y del desarrollo de la industria, amplios sectores de la población comenzaron a participar en espacios y prácticas de consumo que muy raramente habían disfrutado antes. Los trabajadores colmaron grandes tiendas y ciudades turísticas, compraron novedosos artefactos eléctricos y a gas, mejoraron su dieta y su vestuario. Este libro es un estudio del surgimiento del consumidor obrero, una fuerza social que modeló una nueva cultura comercial, transformó relaciones e identidades colectivas y redefinió el rol del Estado en tanto mediador entre consumidores y empresas. La participación activa de los sectores de menores ingresos en el mercado impulsó, entre otras transformaciones, un nuevo lenguaje y una nueva estética de la publicidad comercial, contribuyó a cambios en la forma y el contenido de artículos de consumo masivo y provocó la creación de nuevas instituciones gubernamentales. La figura del consumidor obrero generó además profundas tensiones con las clases media y alta y modificó radicalmente los roles de género. Basada en una enorme variedad de documentos estatales, archivos de empresas y agencias de publicidad, diarios y revistas, estadísticas, literatura, sociología y entrevistas orales, esta obra combina creativamente las metodologías de la historia social y la historia oral con el análisis cultural y de género. El resultado es una investigación original sobre un aspecto desconocido del peronismo y un análisis pionero de la historia del consumo en la Argentina.
El pasado no está muerto
Mariano Schusterhacer historia
Este libro es un viaje por las mentes más brillantes y renovadoras de la historia contemporánea: diez historiadores e historiadoras fundamentales exploran los temas a los que se han dedicado, mientras recorren sus biografías y sus trayectorias. Contiene, a la vez, la mirada de los grandes maestros y la trastienda de su construcción. Mariano Schuster se confirma en estas páginas como un interlocutor agudo e inteligente. El resultado son conversaciones fascinantes, frente a las que el lector se siente un espectador privilegiado, sobre cuestiones centrales que resuenan con particular fuerza hoy, como el nazismo, el género, el fascismo, las mentalidades de las clases subalternas, la vida cotidiana en un régimen autoritario, las prácticas lectoras, el feminismo. Como muestra este libro, los historiadores pueden parecerse a detectives pacientes: siguen rastros, buscan evidencias, hablan con testigos, reconstruyen escenas. Pero, a diferencia de ellos, rara vez encuentran un solo culpable. Los historiadores influyentes, los que cambian nuestra manera de ver el mundo, no están contentos con las explicaciones fáciles: aman los matices y las contradicciones. Y así dan vida una y otra vez a todos los pasados de los que estamos hechos.
Historia de la juventud
Valeria Manzanohacer historia
Un varón de 17 años llegado desde la Rusia campesina a la Argentina de fines del siglo XIX ¿se sentía joven o era tratado en esos términos? ¿Y qué pasaba seis décadas después con las chicas que usaban minifalda o blue jeans y que escuchaban rocknroll? Gran trabajo de síntesis y de interpretación, Historia de la juventud cuenta la historia de la Argentina poniendo el foco en las experiencias y las representaciones del ser joven durante el siglo XX y el primer cuarto del siglo XXI. Y muestra con maestría cómo ser joven no significa lo mismo para varones y mujeres, para sectores populares, medios y altos, para habitantes de zonas urbanas y rurales. La juventud no es un dato de la realidad sino una condición ambivalente que, según las épocas, puede encarnar una promesa de regeneración o una amenaza de disolución de las jerarquías y la autoridad. En los años veinte, en el esplendor de la cultura de masas, la melenita simbolizaba la osadía de las mujeres que empezaban a ganar autonomía de sus padres, y el fútbol era una pasión de varones, mientras el cine y el tango renovaban los espacios de ocio, encuentro y seducción. Entre los cuarenta y los cincuenta, con la expansión de la matrícula secundaria y universitaria, la experiencia de ser joven se democratizó aún más. En los años sesenta y setenta, la juventud fue sinónimo de movilización, contracultura y radicalización política, y la principal víctima de la escalada represiva. A partir de los noventa, con el aumento del desempleo, ser joven empezó a asociarse con los consumos problemáticos y con la delincuencia, a la par que crecían expresiones musicales como el rock barrial o el rock chabón y el estigma de los pibes chorros. En una época obsesionada con el no envejecimiento, este libro reconstruye desde la reforma universitaria de 1918 hasta los militantes libertarios de hoy la historia larga de la juventud en relación con campos decisivos de la vida colectiva como la política, la cultura y la sexualidad.
Un diario para el pueblo
JUAN BUONUOMEhacer historia
Tendemos a pensar la prensa de izquierda o militante como una especie de subcultura encerrada en sí misma, como una serie de plataformas de debate doctrinario y tono moralizante que se dirigen solo a los propios, a contrapelo de los medios comerciales, que buscan atraer a públicos amplios. En este libro, Juan Buonuome pone el foco en La Vanguardia, el principal diario socialista de América Latina, que se publicó en Buenos Aires entre fines del siglo XIX y el primer peronismo, para contar una historia que pone en cuestión esos lugares comunes. Fundada en 1894 como órgano del Partido Socialista, La Vanguardia se fue consolidando como semanario y luego como matutino diario. Y si bien nunca dejó de ser portavoz de las posiciones del partido y herramienta para crear una conciencia obrera, desde el comienzo entendió que para sumar votantes había que llegar a redes no militantes. Durante las primeras décadas del siglo XX, la prensa gráfica de Buenos Aires era la más dinámica de América del Sur. En plena expansión de la cultura de masas, La Vanguardia debía competir con la exitosa prensa burguesa. ¿Cómo diferenciarse de medios como La Prensa, La Nación, La Razón y Crítica, que estaban dejando de lado el estilo elitista y también buscaban hablarle al pueblo? Juan Buonuome reconstruye con maestría el ambicioso proceso de modernización y profesionalización periodística de La Vanguardia, evidente en estrategias como la incorporación de noticias internacionales, columnas policiales, secciones dedicadas al ocio (fútbol, teatro, cine) y al público infantil y femenino. Al poner el acento en los vínculos de la izquierda con el afuera, con las tendencias dominantes de la cultura y la sociedad, Un diario para el pueblo es un aporte tanto a la historia de las izquierdas como de la prensa en la Argentina, y a la vez una contribución para volver a pensar, con más elementos, la relación de las izquierdas con el peronismo.
Historia social del fútbol
Julio Frydenberghacer historia
Hubo un tiempo, los primeros años del siglo XX, en que el fútbol no era parte de la vida cotidiana de la mayoría de los argentinos: se jugaba en los colegios ingleses para fomentar la disciplina, e informalmente en algunos barrios por el gusto del desafío y el honor del vecindario. Entre esta primera etapa en que las canchas de los clubes no estaban en su zona de influencia (el club de Once tenía su cancha en Floresta o Devoto; el de Almagro, en Parque Chacabuco) y la efervescencia que llevó a que se popularizaran y sus hinchas fueran bautizados con provocadores apodos (millonarios, diablos rojos, funebreros o leprosos), el fútbol se convirtió en un espectáculo masivo, y los jugadores, inicialmente amateurs, se transformaron en cracks que brillaban en los medios, como Américo Tesorieri, Fernando Paternóster o Miguel Ángel Lauri. ¿Cómo se produjo esta transformación formidable, que hizo que un deporte creciera al ritmo vertiginoso de los barrios porteños hasta constituir un universo propio, caracterizado por el talento, la destreza y los rituales colectivos? En este trabajo excepcional y novedoso, Julio Frydenberg recorre la evolución del fútbol en la Argentina: cuáles fueron los primeros desafíos entre equipos rivales, los clásicos iniciales, cómo nacieron y crecieron los clubes, cuáles eran las prácticas de los dirigentes, cómo organizaban los torneos, cómo se relacionaba la vida cotidiana de los hinchas con el fervor de cada evento dominguero, cuál fue el rol de los medios en el surgimiento del espectáculo deportivo, qué formas adoptaba la violencia. Historia social del fútbol cuenta con maestría cómo ese deporte fue instalándose y creciendo hasta convertirse en la pasión de multitudes que es hoy.
La cultura en la Alemania nazi
MICHAEL KATERhacer historia
En enero de 1930, tres años antes de que Hitler llegara al poder, los nazis ganaron elecciones locales en Turingia y, bajo ese manto de legalidad, iniciaron una purga en el ámbito cultural: prohibieron el teatro expresionista, la música atonal y el jazz, la asistencia a cabarets; retiraron de los museos obras vanguardistas, como las de Klee y Kandinski; censuraron películas que tenían un toque de erotismo. ¿Qué les resultaba tan amenazante en la Bauhaus y en otras corrientes que habían florecido en las primeras décadas del siglo, o en la prensa marxista y anarquista? ¿Por qué hablaban de arte degenerado, contrario al espíritu germánico? ¿Existía un establishment cultural judío que había que desmantelar? Primer trabajo integral sobre la cultura alemana bajo la dictadura de Hitler, este libro cuenta cómo se incubó la ideología nacionalsocialista y con qué procedimientos el régimen instalado en 1933 arrasó el pluralismo para erigir una estética totalitaria de propaganda y control en función de los objetivos prioritarios: la aniquilación de los judíos y la expansión territorial. Respaldado en un gigantesco caudal de documentación, entrevistas e incluso su vivencia personal, Michael Kater reconstruye cómo una mezcla de leyes y decisiones arbitrarias de ministros (que competían ferozmente entre sí) amordazó la radio, la prensa liberal o de izquierda, las editoriales, los noticieros del cine (revisados por el Führer en persona). Y pone el foco en el arte figurativo y reaccionario promovido por el hitlerismo: para alentar la simpleza y la lealtad, proliferaron novelas de estética kitsch que exaltaban el suelo patrio y el trabajo manual, o películas con hazañas de soldados arios abnegados hasta el absurdo. Pero Kater va más allá, y relata qué límites y recelos enfrentaron los artistas exiliados que buscaban crear una contracultura, y cuántos silencios y paradojas acompañaron la reconstrucción después de 1945. A través del prisma de la cultura, este libro propone una nueva historia del Tercer Reich y sus mecanismos internos, a la vez que reflexiona sobre las posibilidades mismas de la creación artística e intelectual bajo un sistema totalitario.
Catolicismo y cultura de izquierda
José Zancahacer historia
En 2013, la elección de un papa argentino generó una oleada de interés por sus años de formación y sus posiciones teológicas en los años sesenta y setenta. Para los más ortodoxos, Bergoglio es un papa de izquierda que está introduciendo el humo de Satán en el Vaticano; para los más renovadores y progresistas, recupera lo mejor de la tradición de la Iglesia latinoamericana al cuestionar las injusticias de la economía de mercado. Todo esto abre preguntas de gran actualidad sobre la relación entre religión y política: ¿de qué naturaleza es la izquierda cristiana dentro de la que Bergoglio se formó? ¿Cómo caracterizar ese linaje de católicos que configuraron una corriente de izquierda dentro de la Iglesia? Poniendo el foco en los medios de comunicación como gran escenario del debate público y en las discusiones intelectuales que cruzaban el campo católico, José Zanca reconstruye con maestría las corrientes críticas que, desde los años treinta hasta la radicalización de los setenta, se preguntaron insistentemente por el papel de la Iglesia en la sociedad capitalista, tomaron distancia de las autoridades y se abrieron al diálogo con las filosofías de la modernidad: el liberalismo, el existencialismo, el marxismo. Así, sigue un hilo poderoso que conecta a los antifascistas cristianos durante la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, los católicos progresistas de los años cincuenta, el humanismo universitario y los efectos del Concilio Vaticano II, el liberacionismo y la Teología del Pueblo en los setenta. Curas sociólogos, curas cantores, curas villeros, curas casados, curas guerrilleros son manifestaciones de la crisis de un rol que buscaba un sentido en un marco político y religioso convulsionado, que los intelectuales católicos debatieron apasionadamente. En el cruce de la historia política y la historia de las ideas, este libro narra un capítulo fundamental de la trayectoria de la nueva izquierda y, al mismo tiempo, nos introduce al debate sobre el sentido de los cambios que marcan la vida del catolicismo en las últimas décadas.
La historia de una montonera
Raúl Fradkinhacer historia
La historia de una montonera cuenta uno de los episodios más oscuros de la historia política de las primeras décadas posrevolucionarias: el accionar de la montonera encabezada por Cipriano Benítez. Este paisano típico de la campaña bonaerense (un pequeño productor rural no propietario que vivía en ilícita amistad con Juana Zapata, una campesina originaria de Areco) encabeza una montonera que invade el pueblo de Navarro en diciembre de 1826 y días más tarde fracasa en igual intento en Luján. Apresado, será juzgado como un vulgar bandolero y ejecutado. El cuidadoso estudio de Raúl Fradkin nos muestra a un hombre politizado, bien lejos de la imagen habitual del pobre paisano manipulado por algún caudillo, y que se mueve como pez en el agua entre parientes, aliados, compadres y vecinos. Mas tampoco estos son manipulados por Benítez, a quien le cuesta no poco convencerlos de avanzar sobre el pueblo de Navarro. Conciliábulos que muestran hasta qué punto la politización de la campaña es una realidad insoslayable en esos años. Este libro es un paradigma de cómo los itinerarios individuales no pueden desgajarse de las condiciones sociales del medio en el que se desenvuelven. Por vez primera en los estudios históricos sobre la campaña bonaerense de este período, podemos ver a los campesinos que hasta hace unas décadas no existían para la historiografía participando como actores políticos e interviniendo en primera persona en la cosa pública más allá de manipulaciones y clientelas.
La fiesta de los negros
Ezequiel Adamovskyhacer historia
Mirando los pequeños corsos actuales, nadie podría sospechar la extraordinaria masividad que alcanzaba el carnaval a fines del siglo XIX, cuando Buenos Aires mutaba al ritmo de la inmigración. Por entonces se lo reconocía como uno de los más grandes y animados del mundo. ¿Cómo se explica semejante intensidad? Este libro responde esa pregunta con la convicción de que encierra claves valiosas para entender la formación de la Argentina moderna. A partir de una reconstrucción sorprendente y con un pulso narrativo que logra sumergirnos en la fiesta, Ezequiel Adamovsky cuenta cómo en esos días se jugaba con la sexualidad, de un modo que desafiaba las jerarquías de género y de clase, y se detiene especialmente en la transgresión de las fronteras étnico-raciales, así como en un fenómeno que llamó poderosamente la atención de los contemporáneos: la convivencia, en el espacio de la fiesta, entre comparsas de afroporteños y otras de blancos que se tiznaban el rostro, ejecutaban ritmos y bailes de raíz afro, cantaban canciones o se vestían con ropas que emulaban las de los negros. ¿Por qué fueron negros (reales y de imitación) y luego falsos gauchos los que ocuparon el centro de la escena? ¿Por qué justamente esas dos figuras, que para las élites eran emblemas de atraso y barbarie, fueron las preferidas del público? ¿Y qué relación tiene todo eso con la formación de la nación argentina y con su pretensión de ser blanca y europea? En esta historia increíblemente colorida del carnaval porteño entre 1810 y 1910, muy poco estudiado hasta ahora, Ezequiel Adamovsky revela con maestría cómo fue un espacio donde se tramitaron tensiones y diferencias sociales de todo tipo y donde empezó a ponerse en cuestión el perfil étnico y cultural de la Argentina. Así, nos invita a pensar desde categorías propias tanto el racismo local como las resistencias que desde temprano se le opusieron.
Aventuras de la cultura argentina
Carlos Altamiranohacer historia
¿Cómo va tomando forma la cultura de mezcla que caracteriza a la Argentina? Lejos de proponer una síntesis sobre un objeto tan debatido, Carlos Altamirano elige otro camino, más original. Así, primero traza las grandes claves de cada período: de la pujanza del Centenario, encarnada en íconos de la alta cultura como el Teatro Colón, a las asociaciones intelectuales surgidas en los años treinta para hacer frente a la avanzada del fascismo; de las formas de la cultura popular a las vanguardias de los sesenta y la contracultura de los setenta y ochenta. Y de inmediato abre el telón para que un equipo soñado de autoras y autores pongan la lupa y su talento narrativo en aventuras culturales que apenas conocíamos o ignorábamos por completo, y que en su cuota de premeditación y riesgo agitaron la escena no solo de Buenos Aires, Rosario o Córdoba sino de muchas ciudades de provincias. Todos los textos desplazan el foco habitual para iluminar zonas de una vitalidad y riqueza que siguen reverberando: iniciativas editoriales a caballo entre el compromiso político y la experimentación, figuras carismáticas con trayectorias que marcan un campo, como Paul Groussac, Arnaldo Orfila Reynal y Boris Spivacow, revistas concebidas en noches de bohemia y discusión literaria, grupos de poetas y artistas del interior que piensan su práctica al margen de estéticas regionalistas, institutos de formación como el Di Tella, la novedosa plataforma ficcional del radioteatro, la invención local de ritmos como el chamamé o el rock, escritores como Juan L. Ortiz, cuya imaginación y cuya obra organizan una potente tradición alternativa. Caleidoscopio deslumbrante, este libro es una entrada magistral a la cultura argentina del siglo XX, a su voluntad, su desvelo y hasta su voracidad por estar siempre al día, conectada con el mundo, y a tensiones que la marcan todavía en nuestro presente.
La causa de la libertad
Jimena Tcherbbis Testahacer historia
¿Quién es el padre?
Nara Milanichhacer historia
Puro sufrimiento
Mary Louise Robertshacer historia
La revolución francesa en debate
François Furethacer historia
Historia de la última dictadura militar
Gabriela Águilahacer historia
Historia de los Estados Unidos
Thomas Benderhacer historia
Latinoamérica, las ciudades y las ideas
Jose Luis Romerohacer historia
¿Quienés construyeron el Río de la Plata?
María Juliana Gandinihacer historia
¿Qué sucedió en algún momento del siglo XVI para que el Río de Solís o el Mar Dulce, ese lugar aciago y marginal marcado por la canibalización de su descubridor, se transformara en el mucho más atractivo Río de la Plata y empezara a existir como tal, con características específicas e incluso promisorias para la Corona española? María Juliana Gandini vuelve sobre los vívidos relatos de conquistadores, exploradores y expedicionarios para contar, desde una perspectiva novedosa, esas décadas intensas y difíciles de la primera conquista. Atenta a la marea de relaciones, mapas, historias, cosmografías, informes y testimonios redactados en primera persona por los testigos europeos que llegaban a estas costas, la autora muestra hasta qué punto las representaciones que construyeron sobre el territorio y sobre las sociedades nativas fueron una pieza central para sobrevivir pero sobre todo para proyectar y sostener la conquista. Y explica que esos textos e imágenes eran en realidad productos mestizos, resultado de los esquemas perceptivos propios de sus tradiciones culturales, de la interacción dinámica con los pueblos nativos y del esfuerzo por traducir lo nuevo. Así, explora cómo la presunción de cuantiosas riquezas metalíferas empezó a circular como un rumor en intercambios entre los guaraníes y tupíes con los portugueses, hasta llegar a los españoles, y cómo esa información, que nunca pudo corroborarse en los hechos, fue creída y validada durante años por el aparato judicial español. Sin negar que la conquista efectiva fue un proceso violento y descarnado que doblegó a las sociedades nativas, María Juliana Gandini pone el foco en un aspecto mucho menos estudiado: la pasión de los viajeros españoles por escribir el Río de la Plata a partir de sus contactos con los grupos locales. Es así como logra develar con maestría que, desde las orillas del Mar Dulce, nativos e invasores construyeron otro capítulo de la modernidad.
El discurso criollista
Adolfo Prietohacer historia
Lo que no sabemos de Malvinas
Sebastián Carassaihacer historia
La ciudad latinoamericana
Adrián Gorelikhacer historia
La expresión ciudad latinoamericana remite hoy con exclusividad a las grandes metrópolis que crecen sin control, escenarios amenazantes de violencia e inseguridad. Este libro reconstruye, en cambio, una historia fulgurante en la que la ciudad latinoamericana imantó el pensamiento y la acción, como punto de cruce entre los lenguajes de las ciencias sociales en su momento más experimental, los proyectos planificadores y la imaginación política. De 1940 a 1980 esa figura dio lugar a una internacional latinoamericana de increíble potencia, conformada por intelectuales, expertos, instituciones y Estados para quienes estudiar el territorio urbano era el paso indispensable para la transformación regional. A partir de una investigación tan inspirada como ambiciosa, que lo llevó de los archivos europeos y norteamericanos a un recorrido por esa ciudad latinoamericana móvil, que se desplaza de La Habana a Santiago de Chile, de Lima a Buenos Aires y Río de Janeiro, de Puerto Rico a San Pablo, de Brasilia a México, de Caracas a Bogotá, Adrián Gorelik traza el ciclo histórico de esa figura, que tiene dos momentos. El primero, hasta fines de los sesenta, está atravesado por el entusiasmo modernizador, con la creencia de que las ciudades son la puerta a ideas y estilos de vida que van a liberar a América Latina de las cadenas del tradicionalismo y el subdesarrollo. Pero a medida que el optimismo reformista cae, el segundo momento mira las ciudades con otra óptica: bajo la clave de la dependencia, empieza a identificarlas con la reproducción de un orden injusto que solo la revolución venida de aquel polo antagónico, el campopodrá cambiar. Ambos momentos están marcados por la presencia dominante de los Estados Unidos y la incidencia de sus figuras, ideas e instituciones, en un contexto en el que la GuerraFría redefine el campo académico-intelectual y el político. Colocando a la ciudad en el centro de la dinámica intelectual, Adrián Gorelik produce una nueva mirada sobre el período en el que con mayor fervor llegó a formularse la idea de Latinoamérica como proyecto, sea en versión desarrollista o revolucionaria. Y, en la senda de grandes clásicos como Richard Morse, José Luis Romero o Ángel Rama, a quienes dedica los últimos capítulos, lo hace desde un prisma original, que funda un campo de exploración y da nueva inteligibilidad a una época.
Una historia de la emancipación negra
Magdalena Candiotihacer historia
Cuando el anarquismo causaba sensación
Martín Albornozhacer historia