El capital vol.4
Karl Marx$14400
3 cuotas de $4800
31 disponibles
Ficha técnica
Productos relacionados
Educación sexual integral
Cecilia Valerianoeducación que aprende
$21,990
En poco tiempo, muchas cosas que habíamos naturalizado ahora nos hacen ruido y están puestas en cuestionamiento. Desde el “Buen día, chicos”, con que la maestra saluda cotidianamente y que ya no incluye a todas sus alumnas y alumnos, hasta los vínculos entre pares, atravesados por una perspectiva de género. En este nuevo escenario, la sexualidad entra a la escuela con las niñas y los niños que llegan en el nivel inicial y se queda hasta que egresan de la secundaria.
Con la sanción de la Ley de Educación Sexual Integral, los educadores tenemos la responsabilidad de trabajar con la ESI en las aulas. Para abrazar este desafío con las mejores herramientas, un equipo de lujo de Fundación Huésped nos ofrece su amplia experiencia en este libro imprescindible para las familias y la comunidad educativa. ¿Cómo abordar las diferentes formas de vivir la sexualidad en la adolescencia, los embarazos no planificados, las infecciones de transmisión sexual, los abusos en la infancia o los noviazgos violentos? ¿Cómo despertar la reflexión y el diálogo?
Desde una perspectiva que respeta la diversidad, promueve el cuidado del cuerpo y valora la expresión de la afectividad, este libro es una invitación a sacudirnos los prejuicios y derribar mitos. Cuando se trata de pensar, acompañar, intervenir y, sobre todo, cuidar, escuelas y familias trabajan mejor juntas. Por eso, aunque los protagonistas sean las chicas y los chicos, cada adulto tiene un papel importante en esta historia.
Como dicen nuestros autores, no es posible no educar sexualmente, porque educamos con lo que hacemos, con lo que decimos y también con lo que callamos. Entonces, aunque no tengamos todas las respuestas, no podemos dejar de hacernos todas las preguntas.
Guía para criar hijos curiosos
Melina Furmaneducación que aprende
$28,190
La pedagogía, la psicología y las neurociencias cuentan hoy con ideas muy valiosas para acompañar a los niños y las niñas en su camino de aprendizaje, ideas que pueden ayudarnos a resolver muchas de las cosas que nos desvelan como padres. Sin embargo, esos saberes tan novedosos no siempre son conocidos por la gente de a pie.
¿Cómo despertamos en nuestros hijos la curiosidad por temas que para nosotros son importantes, pero que a ellos no les resultan atractivos? ¿Cómo potenciamos sus intereses artísticos, científicos, tecnológicos o deportivos? ¿Cómo los ayudamos a desarrollar hábitos de trabajo y persistencia ante la frustración? Lo cierto es que aunque nuestras intenciones sean las mejores, muchas veces lo que nos parece una buena respuesta no lo es tanto.
Con fundamentos de científica y educadora (e intuición de madre), Melina Furman nos propone en esta Guía para criar hijos curiosos actividades y juegos increíblemente estimulantes para hacer con los chicos en casa. Porque son esas experiencias compartidas las que van a moldear su vínculo con el conocimiento y les van a dar las herramientas y el deseo para seguir aprendiendo.
Este libro está pensado para padres y madres, abuelos y abuelas, maestros, profesores y para todos los adultos embarcados en el fascinante camino de acompañar a los chicos en su crecimiento.
Aprender a leer
Stanislas Dehaeneciencia que ladra...serie mayor
$19,990
Entre los 5 y los 7 años de edad, casi todos los niños aprenden a leer. Aunque a los adultos esto nos parezca un hecho natural, se trata de una verdadera proeza que causa una revolución en el cerebro. Stanislas Dehaene, protagonista de los descubrimientos neurocientíficos más importantes, explica las claves de la ciencia de la lectura y su puesta en práctica en la escuela, para orientar a los padres y los maestros, que acompañan a los niños en su hazaña. Este libro describe el funcionamiento del cerebro que lee, y explica que aprender a leer consiste en tomar conciencia de las estructuras de la lengua oral y conectarlas eficazmente con el código visual de las letras. Atentos a la aplicación de sus conocimientos en la escuela y en el ámbito familiar, Dehaene y su equipo no se limitan a un único método óptimo: ofrecen una serie de principios educativos que facilitan el descubrimiento de la lectura. Así, los juegos con los sonidos de las palabras, tanto como la atención debidamente concentrada, permiten acelerar la automatización del desciframiento, y liberar recursos en la mente para dedicar a la comprensión de los textos. El avance gradual, la diversidad de ejemplos y la adaptación al nivel de los niños contribuyen a mejorar la enseñanza, garantizando la diversión en el aula. La clara y ágil explicación no pierde de vista las posibles dificultades, como la adquisición de la lectura en medios desfavorecidos y también la dislexia. Con la convicción de que una política educativa rigurosa y estimulante para los maestros puede traer sus frutos, se presentan aquí experiencias exitosas que aplicaron estas ideas y también una orientación pedagógica basada en las dificultades propias de nuestra lengua. Aprender a leer confirma con creces que es deseable y posible atravesar el puente que lleva de los laboratorios a las aulas.
Manifiesto por un arte revolucionario independiente
Andre Bretonbiblioteca del pensamiento socialista
$18,990
Presentación de Michael Löwy e introducción de Horacio Tarcus
En abril de 1938, André Breton, el iniciador de la aventura surrealista, llegó a México para dar una serie de conferencias. Tenía la esperanza de ver allí a León Trotski, el revolucionario de Octubre y fundador del Ejército Rojo. Por mediación de Diego Rivera se produjo ese encuentro sorprendente y desigual: Breton admiraba la fortaleza y la gesta de Trotski, mientras que este desconfiaba de las experiencias poéticas de los surrealistas. Sin embargo, el artista y el combatiente se embarcaron en un proyecto que los ocupó durante tres meses: la redacción del manifiesto “Por un arte revolucionario independiente”, un documento comunista libertario, antifascista y alérgico al estalinismo.
Escrito a cuatro manos en francés y ruso, y firmado por Breton y Rivera (porque Trotski consideró conveniente ceder la autoría a un artista), el manifiesto exige para la creación en todos los órdenes un marco “anarquista de libertad individual”. Se trata de romper con el espíritu policíaco de una época asediada por totalitarismos y de habilitar la experimentación personal sin aceptar directivas ni ataduras externas. Curiosamente, en un pasaje en que se afirma que “en arte, todo está permitido”, Breton sugería agregar “salvo lo que vaya contra la revolución proletaria”, y Trotski se demostró menos dogmático que el líder del surrealismo: suprimió la frase creyendo que podía habilitar abusos. El manifiesto es, así, una proclama por la libertad ilimitada del arte respecto del Estado y los aparatos políticos.
Al cuidado de Horacio Tarcus, la presente edición suma, al texto del manifiesto, una entrevista y un discurso en los que Breton rememora vívidamente el proyecto. Un prólogo de Michael Löwy traza una semblanza de ese encuentro único y se detiene en la actualidad de la proclama. En la introducción, Tarcus recupera el contexto inmediato del diálogo entre los autores –sus picnics con Rivera y Frida Kahlo, los motivos de discusión, el bloqueo de Breton y la insistencia de Trotski para que generara un primer borrador–, así como los avatares de la circulación del texto tanto en Europa como en América Latina y los Estados Unidos. Un clásico para pensar las relaciones entre arte y política, el manifiesto sigue sorprendiendo por su impronta libertaria, por sus cruces con el psicoanálisis y por la discusión, aún abierta, sobre qué arte es posible bajo las condiciones del capitalismo.

Karl Marx
Nació en 1818 en Tréveris. Estudió en contacto con la izquierda hegeliana y en 1843 emigró a París. De esos años son Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel y Sobre la cuestión judía, y el comienzo de su perdurable colaboración con Engels: tras madurar el materialismo histórico, publicaron el Manifiesto durante las revoluciones de 1848. Exiliado en Londres, inició los estudios que sistematizó en El capital e impulsó la reunificación del movimiento obrero europeo. Reseñó la Comuna de París de 1871 –La Guerra Civil en Francia– y, hasta su muerte en 1883, enfrentó a la socialdemocracia –Crítica al Programa de Gotha–, y contactó a los primeros revolucionarios rusos.