Max Valentinuzzi
Es ingeniero en Telecomunicaciones (UBA, 1956) y doctor en Fisiología y Biofísica (Baylor College Medicine, Houston, Texas, 1969). Ha sido profesor e investigador en Emory University (Atlanta, Georgia), Baylor College Medicine (Houston, Texas), Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca). Fue cofundador y director del Instituto Superior Investigaciones Biológicas, INSIBIO (Universidad Nacional de Tucumán, UNT, y Conicet). Fue profesor titular en la UNT durante casi treinta años, y actualmente es investigador superior honorario del Conicet. Recibió diversos galardones, entre ellos el Premio Nightingale Bioingeniería (Federación Internacional Ingeniería Biológica y Médica, IFMBE, y Biological Engineering Society, Londres), el Premio Trayectoria Científica, del Institute of Electrical and Electronic Engineers, IEEE, y el Premio Bernardo A. Houssay. Es miembro de la Academia Nacional de Ingeniería, de la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba y de la International Academy for Medical and Biological Engineering.
Fue presidente del Consejo Regional de Ingeniería Biomédica para América Latina. Ha publicado numerosos trabajos científicos, tecnológicos y didácticos, es autor de dos libros y coautor de otros dos. Fue editor asociado de Medical Engineering & Physics. Ha contribuido en las áreas de bioimpedancia, biomecánica ventricular, de convolución numérica, educación y promoción de la ingeniería biomédica, fibrilación-desfibrilación cardíaca y microbiología de impedancia. Pero tal vez lo más importante es que quiere a sus estudiantes, ama a los niños, los animales, los deportes, la música (toca el piano), el buen humor y la vida simple.
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Bioingeniería
Max Valentinuzziciencia que ladra...serie clásica
¿Qué surge cuando se juntan un biólogo y un ingeniero? ¿Un ingenierólogo? ¿Un bioniero? Nada de eso: surge la bioingeniería, una disciplina que desde las ciencias exactas aporta soluciones a las distintas ramas de la biología y la medicina, y que puede definirse como una verdadera ensalada de ciencias y tecnologías, pues se nutre de las matemáticas, la física, la química, la botánica, ¡incluso la filosofía y la ética! para lograr su cometido. Como toda ciencia, consiste en medir, definir, predecir, modelar, integrar Y de eso también trata este libro que, de la mano de Max Valentinuzzi -pionero en la materia, infatigable y entusiasta-, nos muestra un mundo nuevo allí donde está el de todos los días. Así, nos guía por un universo de marcapasos, desfibriladores, tomógrafos, osciloscopios y sensores que nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida, para revelarnos cómo la bioingeniería está presente en gran parte de nuestros hábitos cotidianos. Algunos lectores descubrirán el mundo detrás de los aparatos del hospital o del laboratorio; otros se maravillarán por el modo en que la bioingeniería ha combinado en este "guiso científico" todos los saberes posibles; otros tal vez encuentren en ella su vocación de medir el mundo. Hay mucho de vida y de ingenio en estas páginas: vale la pena dejarse sorprender por los caminos de Valentinuzzi, sus aparatos y sus recetas.