Aventuras de la cultura argentina

Carlos Altamirano
hacer historia
$31,990

¿Cómo va tomando forma la cultura de mezcla que caracteriza a la Argentina? Lejos de proponer una síntesis sobre un objeto tan debatido, Carlos Altamirano elige otro camino, más original. Así, primero traza las grandes claves de cada período: de la pujanza del Centenario, encarnada en íconos de la alta cultura como el Teatro Colón, a las asociaciones intelectuales surgidas en los años treinta para hacer frente a la avanzada del fascismo; de las formas de la cultura popular a las vanguardias de los sesenta y la contracultura de los setenta y ochenta. Y de inmediato abre el telón para que un equipo soñado de autoras y autores pongan la lupa y su talento narrativo en aventuras culturales que apenas conocíamos o ignorábamos por completo, y que en su cuota de premeditación y riesgo agitaron la escena no solo de Buenos Aires, Rosario o Córdoba sino de muchas ciudades de provincias. Todos los textos desplazan el foco habitual para iluminar zonas de una vitalidad y riqueza que siguen reverberando: iniciativas editoriales a caballo entre el compromiso político y la experimentación, figuras carismáticas con trayectorias que marcan un campo, como Paul Groussac, Arnaldo Orfila Reynal y Boris Spivacow, revistas concebidas en noches de bohemia y discusión literaria, grupos de poetas y artistas del interior que piensan su práctica al margen de estéticas regionalistas, institutos de formación como el Di Tella, la novedosa plataforma ficcional del radioteatro, la invención local de ritmos como el chamamé o el rock, escritores como Juan L. Ortiz, cuya imaginación y cuya obra organizan una potente tradición alternativa. Caleidoscopio deslumbrante, este libro es una entrada magistral a la cultura argentina del siglo XX, a su voluntad, su desvelo y hasta su voracidad por estar siempre al día, conectada con el mundo, y a tensiones que la marcan todavía en nuestro presente.


La larga historia de los saqueos en la Argentina

Gabriel Di Meglio
hacer historia
$22,990

En las últimas décadas, los saqueos se han convertido en episodios recurrentes de la sociedad argentina, que reaparecen cada fin de año en forma de amenaza, expectativa o posibilidad latente. Pocos hechos son más emblemáticos de las crisis terminales del país que los sucesos de 1989 y 2001, a tal punto que la imagen cristalizada de los saqueos, mezcla de desesperación y violencia, quedó asociada casi exclusivamente a estos dos momentos. Sin embargo, como sostienen los autores de este libro, esa práctica reconoce una historia mucho más larga que merece ser contada, porque, en su excepcionalidad, en su capacidad para irrumpir en el espacio público y subvertir el orden, saca a la luz las tensiones irresueltas que atraviesan los períodos de normalidad. Así, los saqueos tuvieron un rol protagónico durante las guerras de la Independencia y los conflictos armados del siglo XIX como el masivo pillaje a las tiendas de Buenos Aires que siguió a la batalla de Caseros, protagonizado no por el ejército vencedor, sino por las propias tropas porteñas derrotadas. Resurgieron en la forma de violencia política vindicativa e iconoclasta con el ascenso y la caída de los dos grandes movimientos populares de comienzos y mediados del siglo XX, el yrigoyenismo y el peronismo las pertenencias del líder radical, desparramadas en la vereda de su casa desvalijada y saqueada, fue la foto de los vencedores. Y volvieron a aflorar, esta vez como revueltas de subsistencia y asaltos masivos a comercios, a raíz del empobrecimiento de vastos sectores de la población desde finales de la década de 1980. Por su destreza narrativa y rigor explicativo, La larga historia de los saqueos en la Argentina es una obra imprescindible para poner en perspectiva episodios que suelen quedar simplificados por las aproximaciones superficiales y la estigmatización. Al reconstruir los contextos, las dinámicas y los significados de este fenómeno colectivo, "leyendo" la especificidad de cada coyuntura (quiénes saquean, cuáles son las propiedades y propietarios afectados, cuándo y cómo se llevan a cabo los hechos), revela que, lejos de ser estallidos irracionales o espasmódicos, los saqueos representan el dramático emergente de profundos desacuerdos en torno a la soberanía territorial, la legitimidad del sistema político y la distribución de los recursos económicos.