El enigma Belgrano

Tulio Halperin Donghi
historia y cultura
$19,990
Entre los personajes venerados como Padres de la Patria, Manuel Belgrano es el único que nunca ha sido cuestionado. Como creador de la bandera, como símbolo de virtudes cívicas y de renuncia a los honores, ocupa un verdadero lugar de excepción. ¿Cómo explicar esa admiración unánime, cuando al mismo tiempo se admiten y se disculpan sus imperfecciones y sus calamitosas derrotas? ¿Qué hay detrás de ese consenso que desde hace un siglo y medio celebra a un héroe atravesado por innegables luces y sombras? Tulio Halperin Donghi encuentra en estos interrogantes un enigma, y para rastrear las claves que permitan descifrarlo ha escrito un ensayo fascinante. Leyendo a contrapelo del mito los textos del propio Belgrano, los relatos fundacionales de Bartolomé Mitre y José María Paz, y sobre todo el riquísimo intercambio epistolar entre los miembros de la familia Belgrano, se detiene en los momentos más significativos de la vida del prócer. En el funcionario de la monarquía católica que propone construir chimeneas hogareñas con materiales inaccesibles para la época, o que intenta regular la plaza comercial porteña sin atender a las consecuencias prácticas de sus ideas; en el militar revolucionario que ordena a los soldados del regimiento de Patricios cortarse las trenzas y provoca un motín con desenlace sangriento; en el principista que diseña para las escuelas primarias un estatuto con un detalle excesivo y poco coherente de castigos y penas, descubre a un Belgrano que tiene enormes dificultades para conciliar sus aspiraciones con los datos de una realidad más compleja que la imaginada, un Belgrano que comete errores y los atribuye una y otra vez a la injusticia o la estupidez del mundo. Tulio Halperin Donghi muestra a un personaje desconocido hasta ahora, dramáticamente tensionado entre las esperanzas depositadas en él, sus propias intenciones y su capacidad para satisfacerlas. Sobre estas oscilaciones construye un relato agudo y atrapante, que expone los resortes más íntimos de la personalidad de Belgrano al tiempo que lo aparta del lugar de héroe indiscutido.

Historia del turf argentino

Roy Hora
historia y cultura
$19,990
En noviembre de 1918, Carlos Gardel y José Razzano, entonces de gira en la provincia de La Pampa, se escaparon hasta Buenos Aires para presenciar la “carrera del siglo” entre dos purasangres de enorme prestigio, Botafogo y Grey Fox. Ese día, todo el país se detuvo, cautivado por el gran espectáculo que tuvo lugar en el hipódromo de Palermo. Hasta los años cincuenta, la Argentina fue una verdadera “nación burrera”, que vibraba al ritmo de las carreras de caballos. En las décadas de apogeo del turf, nadie desconocía el nombre de los principales caballos y los mejores jinetes, o el resultado de los grandes eventos del calendario hípico. Y el hipódromo atraía a decenas de miles de espectadores y un enorme volumen de apuestas, muy superior al de Francia o Inglaterra. Adentrándose en un mundo poco conocido hasta hoy, Roy Hora traza una historia social del turf argentino desde sus inicios en el siglo XIX hasta la actualidad. Además de un entretenimiento de extraordinario eco en los sectores populares, el turf fue un espectáculo en el que la clase alta desempeñó un papel fundamental, invirtiendo enormes recursos para colocarlo bajo su dominio y patronazgo. Las clases medias, por su parte, pasaron del entusiasmo a la crítica moral. Con sostenido pulso narrativo, el autor explora los orígenes de las carreras de caballos y su relación con la cultura ecuestre criolla que las precedió, el papel del Jockey Club y de la elite social en la forja y las transformaciones del hipódromo, y la constitución de los jockeys en jinetes profesionales y estrellas deportivas. También expone los debates que el turf suscitó, así como las razones del auge y ocaso del interés de los argentinos por los caballos de carrera. Escenario de encuentro entre distintos mundos sociales, la historia del turf ofrece un prisma a través del cual analizar las relaciones entre la elite, las clases medias y los sectores populares, así como los grandes procesos de cambio social que la Argentina atravesó entre los tiempos de Sarmiento y Perón.

Mitomanías de la educación argentina

Alejandro Grimson
singular
$25,290
Se sabe que en cada argentino se esconden un director técnico de fútbol y también un “experto” en educación, capaz de diagnosticar los grandes problemas de la escuela y prescribir recetas mágicas para solucionarlos. Todos nos sentimos autorizados a hablar de la educación, porque fuimos a la escuela o porque volvimos a ella como docentes o como padres. El problema no es que opinemos, sino que esas opiniones se conviertan en estereotipos, que en un extremo consideran a la educación como la culpable de todos los desastres nacionales y, en el otro, como la única institución sagrada que nos queda. “A la escuela pública de antes asistían todos, desde el hijo del obrero hasta el hijo del médico”, “Antes la educación era de mejor calidad, y además había orden y disciplina”, “Hay que adecuar la escuela a las demandas del mercado”, “El maestro perdió autoridad”, “La educación mejoraría automáticamente si se invirtiera más”, “La culpa la tienen los sindicatos”, “La política no debe entrar en la escuela”… Todos alguna vez oímos, pronunciamos y hasta defendimos ideas como estas. Y no es raro, porque son comunes en los medios de comunicación, en las salas de profesores, en la sobremesa del domingo o en las charlas de café. Son nuestra mitolandia educativa. Con reconocidas trayectorias en los campos de la educación y las ciencias sociales, Alejandro Grimson y Emilio Tenti Fanfani revisan cada una de esas creencias, no para levantar un dedo acusador o para demostrar que son enteramente falsas, sino para analizarlas y contrastarlas con datos y argumentos. Si se han convertido en arraigados lugares comunes, es porque tienen su parte de razón y tocan un nervio de la sociedad. Lo malo es que, con su pretensión de verdad absoluta, se han vuelto auténticas mitomanías que nos impiden pensar. Por eso, antes que ignorarlas, hay que ponerlas en cuestión para construir, sin prejuicios, la educación que merece una sociedad que aspira a ser democrática e igualitaria.