08/2012
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De la revolución libertadora al cordobazo
César Tcachhistoria y cultura serie el pasado presente
En septiembre de 1955, el general Lonardi proclamó a Córdoba como la capital provisional de la República. En 1969, las vanguardias obreras y estudiantiles la imaginaron como la capital de la futura patria socialista. Según distintos relatos, populares y académicos, Córdoba ha sido siempre la caja de resonancia de los conflictos nacionales, así como el atalaya desde donde vislumbrar el rostro anticipado del país. En De la Revolución Libertadora al Cordobazo, César Tcach articula esos relatos con un preciso análisis de la política cordobesa, centrado en el gobierno y los partidos. Como todo el país, Córdoba conoció en esos años la democracia deslegitimada por la proscripción peronista, el pretorianismo militar y el juego de las corporaciones en el llamado parlamento negro. Pero además se singularizó por el marcado desarrollo de las grandes empresas, la formación de un sindicalismo combativo y la existencia de una juventud estudiantil sumamente politizada. Asimismo, se distinguió por un fuerte componente tradicional: una aristocracia togada, de raigambre católica, que supo vincularse con empresarios, eclesiásticos y militares. Como subraya el autor, la provincia mediterránea vivió experiencias políticas fundamentales. Los conflictos se manifestaron en ella de manera exacerbada, poniendo de manifiesto su peculiaridad y también su decisiva influencia sobre la política nacional.
Apenas un delincuente
Lila Caimarihistoria y cultura
Apenas un delincuente estudia la historia del castigo administrado por el estado moderno sobre el criminal entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Su análisis se desarrolla en dos perspectivas: la de los saberes e instituciones y la de la sociedad que mira o imagina el padecimiento del criminal castigado. La figura de la prisión está en el centro de esta pesquisa. Escenario de interacción entre teorías, tecnologías, burocracias, actores dominantes y subordinados, es también un lugar oculto, invisible a los ojos sociales, y por eso sujeto a las representaciones producidas por terceros. Lila Caimari indaga en el ámbito de quienes definieron y procuraron materializar modernos instrumentos de disciplina y control social: juristas, médicos, criminólogos y demás figuras asociadas al proceso de modernización punitiva del cambio de siglo. Parte de suponer que la teoría científica del delincuente es maleable, reconstruye las diversas refracciones de las ideas en las instituciones. Enfoca luego al ciudadano que, desprovisto de un interés personal en el tema, se interroga sobre el criminal y el sufrimiento de su pena. La prensa sensacionalista le permite a la autora identificar rasgos de la sociedad con el otro que circula por sus márgenes, y con el estado que toma a su cargo las medidas para disciplinarlo, castigarlo, eliminarlo. Este libro revela la complejidad que encubre la cuestión criminal, a la vez que revisa categorías, discursos y herramientas sociales que entre 1880 y 1955, en la sociedad argentina, han pretendido discernir entre delincuentes y gente honrada.
Pedagogía de la indignación
Paulo Freirebiblioteca clásica
¿Cuál es la indignación de la que habla el título de este libro, el último que escribió Paulo Freire? Tratándose de una obra suya, esa indignación está muy lejos de la rabia que se agota en sí misma. Es, más bien, una indignación política que apuesta a la construcción colectiva y a la esperanza. ¿Cómo enfrentar el reto de educar a los jóvenes para que no se conviertan en pequeños tiranos ni en seres inhibidos? Los padres y los profesores tienen que explorar una delicada tensión: dar libertad y autonomía y a la vez marcar límites, que equivalen a cuidar el entorno común y a respetar las diferencias. Se enseñan contenidos, pero también modos de habitar el mundo, de interpretarlo y de articular proyectos de cambio que se traducen en acción política: el objetivo no es entrenar a los jóvenes sino formarlos para una vida cada vez más compleja.Con extrema lucidez, Freire habla asimismo de la violencia entre los adolescentes, que debe ser abordada con seriedad, sin estigmatizar a nadie, y de las revoluciones tecnológicas, que dificultan la transmisión generacional de valores y experiencias.El quehacer del maestro comprometido no es entonces la única preocupación de Freire, que analiza además las luchas sociales pacíficas que buscan la transformación sin caer en el voluntarismo, la conciencia ecológica, la alfabetización en la era de la televisión, y la educación de adultos. El tono y el discurrir de los textos son testimonio de la búsqueda más persistente del autor: un diálogo de igual a igual con los lectores, cifra del verdadero aprendizaje.
Homo academicus
Pierre Bourdieubiblioteca clásica
Tiempo pasado
Beatriz Sarlobiblioteca beatriz sarlo
Para enriquecer la discusión Beatriz Sarlo interviene en el debate sobre la historia reciente y señala las simplificaciones y los lugares comunes que la "industria cultural de la memoria" provoca al exaltar lo testimonial. Convencida de que es más importante entender que recordar -aunque para entender sea preciso, también, recordar- la autora reivindica, en cambio, el valor de la reflexión teórica y la discusión de ideas. En América Latina, el terrorismo de Estado hizo estragos: secuestro y desaparición de personas, exilios forzados, tortura y persecución política. Si aceptamos que la integridad de un individuo y de una nación depende de la memoria, es imposible frenar la acción persistente del pasado en el presente. ¿Cómo forjar entonces la memoria colectiva sin acelerar los duelos y sin autoengaños groseros? Durante la reconstrucción democrática las víctimas tuvieron la palabra para dar testimonio del sufrimiento infligido por el Estado terrorista, y sus relatos, configurados como terribles autobiografías, funcionaron como prueba. Sarlo explora los límites de este relato subjetivo y ofrece, en cambio, una propuesta superadora.