Enseñar a leer y escribir

Beatriz Diuk
educación que aprende
$28,190
Cuando aprendemos a leer y a escribir suceden cosas casi mágicas. El mundo se abre ante nosotros y nos damos cuenta de que podemos transitar y disfrutar ese territorio infinito. Enseñar a leer y escribir es dar la llave que abre la puerta a ese universo inconmensurable de la imaginación, la creatividad, el conocimiento. Y, sin embargo, todavía hoy son muchos los chicos que atraviesan la escuela sin conseguirlo: sin leer de manera fluida o entender los textos; sin poder expresarse por escrito, organizar sus ideas, contar lo que piensan. Es un problema que nos avergüenza, una deuda que debería estar saldada en este siglo XXI. Ante la grave situación, los docentes se enfrentan a reproches, señalamientos y un sinfín de consignas vacías que no ayudan a resolver el verdadero desafío. ¿Qué hacer para que chicas y chicos aprendan? Mezcladas entre intuiciones sensatas y estrategias válidas, aparecen propuestas contradictorias y, sobre todo, mucha confusión. Para orientarnos en este barullo, Beatriz Diuk brinda una guía equilibrada con la que podremos comprender no solo cómo aprenden los niños y las niñas sino, especialmente, cómo necesitan que les enseñemos. Así, recorre paso a paso las etapas y procesos de la alfabetización inicial, aportando fundamentos y herramientas, y ofreciendo respuestas concretas a las preguntas más cotidianas (que a veces son las más inquietantes): ¿hay que enseñar las letras? ¿Por qué mis chicos cuentan historias maravillosas y luego no pueden escribirlas? ¿Qué tengo que hacer con la ortografía de mis alumnos? ¿Estarán listos para trabajar con textos? Enseñar a leer y escribir se nutre de la mejor investigación la que combina la ciencia de la lectura con el conocimiento de la práctica docente y de muchos años de recorrer escuelas. Dirigido a maestras, alfabetizadores comunitarios, formadores docentes y familias, este libro es una guía fundamental para todos los que quieran instalar la esperanza, la confianza y el disfrute en los ojos de quienes se inician en la aventura de la lectura y la escritura.

Discutir montoneros desde adentro

Daniela Slipak
singular
$27,690
Un lugar común sobre las organizaciones armadas en la Argentina de los años setenta afirma que los desacuerdos con las cúpulas dirigentes aparecieron recién cuando el faro de la revolución ya se había apagado. Este libro, que se sumerge en la experiencia de Montoneros la agrupación más influyente y relevante de aquellos años, viene a demostrar que sucedió todo lo contrario: las disidencias y cuestionamientos fueron una constante en toda la trayectoria de la organización. Más aún: le dieron forma y obligaron a sus dirigentes a enfrentar no a resolver sus contradicciones. ¿Cuándo era legítima la violencia revolucionaria y cuándo no? ¿Cómo y contra quién debía ejercerse? ¿Qué hacer con la tradición y el presente del peronismo? ¿Había un límite para los sacrificios personales que se demandaban? Y, sobre todo, ¿quién podía decidir todas estas cuestiones? ¿La dirigencia de la Organización, la militancia montonera en general, el pueblo que se decía representar? Analizando documentos internos, comunicados y publicaciones periódicas, junto con testimonios de participantes de distintas escisiones, Daniela Slipak reconstruye la historia de cuatro grupos que plantearon críticas enérgicas: la distancia entre la militancia de base y la cúpula dirigente autoritaria y aislada de la realidad; el exceso de militarismo; la necesidad de recuperar el rumbo original de la revolución. Frente a estas escisiones, el oficialismo montonero respondió con la negación y la condena, pero también con la expulsión y la amenaza de muerte. Este libro revelador enriquece una discusión sobre el pasado reciente que continúa abierta, y acierta, además, en dar dimensión humana a la compleja experiencia de quienes integraron una organización que pretendía no solo militantes apasionados por la causa, sino también soldados obedientes.

Cómo hacen los pobres para sobrevivir

Javier Auyero
sociología y política
$27,890
¿Cómo es vivir en los márgenes? ¿Qué hacen quienes menos tienen para asegurarse una vivienda, alimentos, ropa? ¿Cómo lidian con la violencia una amenaza literal a su sobrevivencia que se vuelve probable en cuanto salen a la calle? ¿Cómo conviven con la política, que puede ser tanto fuente de soluciones como instrumento de abuso? ¿A qué se aferran para sostener incluso la esperanza de un futuro mejor? Chela coordina un comedor comunitario en un asentamiento del Conurbano bonaerense al que cada día asisten unas cien personas para desayunar, almorzar y merendar. Junto con tres vecinas, se las arreglan para conseguir recursos del gobierno nacional, del municipio, de la iglesia y de donaciones privadas. Vamos a salir adelante, dice, y sueña con poder servir milanesas algún día. A Ernesto, cada tanto, un transa del barrio le da droga para que venda, y con lo que gana en una semana se pone al día con las deudas de la luz y el gas, compra comida y pañales. Susana y su marido consiguieron una casa por intermedio del puntero de la zona. Saben que ese puntero reparte planes y luego les cobra la mitad a quienes los reciben, pero reconocen que gracias a él a las marchas que organiza, a sus contactos con el municipio el barrio ya no se inunda más, hay una plaza y una escuela primaria. Este libro revelador describe cómo los habitantes de la periferia urbana son expertos en combinar estrategias: recurren al trabajo formal e informal; cuentan con familiares, vecinos, punteros y funcionarios; suman la ayuda mutua, la asistencia estatal y hasta los emprendimientos ilícitos; fusionan la protesta en las calles con la participación en redes clientelares. Ni héroes ni víctimas, los pobres se esfuerzan cada día por hacer rendir el dinero escaso, intentan proteger a chicos y adolescentes que en muchos casos siguen creciendo a la intemperie, desconfían de la política pero necesitan los recursos que ella les facilita. Estas páginas hacen así un aporte oportuno para evitar las expresiones planeros, vagos, personas sin cultura del trabajo y el esfuerzo que suelen aplicarse a quienes sobreviven en la periferia cuando se los mira, con comodidad y ligereza, desde el centro.