05/2024
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La guerra de Troya
Mariana Ruiz Johnsonsiglo para chicos
Esta es la historia de una larga guerra entre griegos y troyanos. Homero la contó hace 3000 años; hoy vuelven a contarla Nicolás Schuff, sin mentir ni en una coma, y Mariana Ruiz Johnson, que retrata a sus bellos héroes para que los conozcamos mejor. Aunque este enfrentamiento ocurrió hace mucho tiempo, sus protagonistas eran parecidos a nosotros: se enamoraban, se peleaban, defendían sus ciudades y se lanzaban a la aventura cada vez que encontraban la oportunidad. Tenían muy buenas ideas: ¡una de ellas que incluyó a un caballo fue tan extraordinaria que logró terminar con la guerra!
Curiosidad extrema
MELISA FERNANDEZ NITSCHEsiglo para chicos
¿Cómo funciona el cerebro humano? ¿Qué superpoderes tiene? ¿Los usamos sin darnos cuenta? Este libro ESTÁ PENSADO para quienes alguna vez se hicieron estas preguntas ¡y quieren LAS respuestas ya! Hay superpoderes que todos conocemos: volar, como Superman, controlar el clima, como Tormenta, o moverse más rápido que la luz, como Flash. Pero ¡nosotros también tenemos superpoderes! Nuestros sentidos, la memoria y la creatividad se pueden entrenar para que, como los superhéroes y las superheroínas, los usemos y mejoremos cada día. Estos diez experimentos nos invitan a investigar, anotar, probar y comparar los resultados. También, a pensar nuevas preguntas y a seguir alucinando con las infinitas capacidades de nuestro cerebro.
La cuestión antropológica
Michel Foucaultbiblioteca clásica serie fragmentos foucaultianos
¿Qué es el hombre? Durante siglos, se lo pensó como una criatura divina o un ser natural, y su verdad estaba más allá de él: en el Dios que lo había creado o en la naturaleza de la que había surgido. Pero hacia fines del siglo XVIII, el hombre comenzó a buscar en sí mismo su propia verdad: en su cuerpo, en sus sentidos, en su mente, en las condiciones materiales de su existencia, en sus creaciones culturales. Así surgió y tomó forma la antropología en sentido moderno: la pregunta por el hombre de la que el propio hombre es la respuesta. La cuestión antropológica, curso que Michel Foucault dictó en la Universidad de Lille y en la École Normale Supérieure parisina, e inédito hasta ahora, es la historia de este acontecimiento. Foucault despliega su exploración en una secuencia impecable y sorprendente, ya que pone el foco en autores o textos no siempre obvios. El primer momento nos muestra por qué la filosofía clásica europea (Descartes, Malebranche, Leibniz) permanece sorda a esta cuestión: en los siglos XVII y XVIII el hombre no existe como un ser autónomo o raíz del saber acerca de su propia verdad. En el segundo momento, a partir de Kant, el hombre se vuelve el punto de gravitación y fundamento de la filosofía de Feuerbach a Dilthey, pasando por Hegel y Marx, y así surge el conjunto de las ciencias humanas. En el tercer momento, el pensamiento dionisíaco de Nietzsche anuncia la muerte de Dios y, con ella, el derrumbe del hombre mismo. Si el surgimiento y la muerte del hombre fueron los temas que ubicaron a Foucault en el centro de la escena con la publicación de Las palabras y las cosas, este curso nos muestra el camino filosófico que lo condujo hasta allí. Pero La cuestión antropológica abre también nuevas posibilidades de lectura de su proyecto intelectual, que muy tempranamente buscó una fórmula para salir de la antropología y hacer del pensamiento un ejercicio crítico de libertad, ya no atado a ninguna esencia humana predefinida.
Históricamente
Mario Carreteroeducación que aprende
Todas las sociedades cuentan sus historias una y otra vez. En distintos formatos y versiones, como un ejercicio vinculado con su memoria y su identidad. Crean así representaciones del pasado, que se conforman y transmiten a través de la escuela, los museos, las películas y otros medios, y que adoptamos y reproducimos (muchas veces sin reflexión) como si fueran copias incuestionables de lo sucedido. Desarrollar un pensamiento histórico, señala el destacado investigador Mario Carretero, supone cuestionar esas visiones simplificadas y simplificadoras de la historia, hechas de héroes y villanos, y desafiar la idea de que el conocimiento está allí, encerrado en libros y enciclopedias, y que puede aprenderse repitiendo. Todo lo contrario: requiere abrazar la complejidad y tomar consciencia de la convivencia no siempre pacífica de diferentes interpretaciones de hechos y documentos; exige incorporar diferentes voces y comprender los mecanismos con los que se elabora y se legitima el conocimiento. Para afrontar el reto de pensar históricamente en las aulas, Carretero ofrece una serie de claves y herramientas que incluyen el acercamiento a las prácticas auténticas de los historiadores y de las ciencias sociales: las lógicas de la disciplina, los modos en que buscan fuentes, las contrastan y las interpretan, dialogan y argumentan. En un recorrido pleno de ejemplos y análisis de materiales concretos, nos muestra que la historia está más viva y sus huellas más presentes en los eventos actuales y en nuestras vidas cotidianas de lo que podríamos haber imaginado. Este libro original y profundo nos invita a repensar nuestra propia visión de la historia, su enseñanza y su aprendizaje. Y nos recuerda que desarrollar mentes con pensamiento histórico es fundamental para construir sociedades que puedan entender su pasado y su presente e imaginar su futuro con perspectiva crítica.
Introducción general a la crítica de mí mismo
Ricardo Pigliavidas para leerlas
Horacio Tarcus, con su pasión por reconstruir las redes afectivas e intelectuales del mundo de las izquierdas, recibe a Ricardo Piglia en su archivo y juntos salen a recorrer la ebullición de los años sesenta y setenta en la Argentina. El resultado es este libro inolvidable. Yo milito en La Plata, estoy escribiendo mi primer volumen de cuentos, La invasión, y estoy terminando la carrera. Mi militancia era una militancia, digamos, con muchos problemas, desde el punto de vista de lo que eran los registros generales de la militancia. Entonces hacemos una reunión de célula en mi pieza de la pensión, donde estaban Luis, una piba que estudiaba Historia conmigo y un trotskista peruano que estaba estudiando en La Plata y que se dormía en las reuniones; éramos cuatro en la célula, y discutíamos los problemas de los frentes de trabajo. Y Luis, que era como hermano mío, pide la palabra y propone a la célula que eleve a la dirección que yo debo ser separado de mi puesto de secretario de la revista. ¡Una traición total! Decía que yo no era buen militante, que no daba buen ejemplo. El tipo no me dice nada antes: es como esas historias en que al tipo lo mandan al Gulag, y el que lo manda es su hermano del alma, en nombre de la Historia y del Proletariado Mundial. Seguramente, quería ser él el secretario de redacción Me acuerdo que dije: Bueno, que se vote. Entonces, ellos votaron juntos, yo me abstuve y creo que el peruano votó en contra. Y ellos elevaron mi separación a la dirección (que no les dio bola, imaginate). Al tipo yo le hice la cruz, nunca más lo saludé; no digo que el tipo no dijera lo que pensaba, incluso tenía todo el derecho del mundo, pero me hubiera dicho: Mirá, viejo. Esta conversación no es la versión oral de Los diarios de Emilio Renzi, sino la memoria detallada y chismosa de los sesenta y setenta. Del prólogo de María Moreno
Una historia de cómo nos endeudamos
Ariel Wilkissingular
Ser argentino puede resultar una experiencia impagable. Literalmente. Endeudarse con un banco, una casa de electrodomésticos, una tarjeta de crédito, un prestamista privado o el almacenero del barrio es una estrategia habitual de las clases medias y populares para gestionar desde sus aspiraciones de consumo y movilidad social hasta la más modesta supervivencia cotidiana. Sin embargo, los vaivenes de la economía argentina hacen que, cíclicamente, el sueño del acceso al crédito se transforme de pronto en la pesadilla del saldo que no se llega a pagar. En este libro atrapante, Ariel Wilkis lee la historia argentina a través de las formas que adquirieron las deudas de los hogares y las familias desde 1983, entrelazando las políticas económicas de los sucesivos gobiernos con los relatos de experiencias personales y familiares. El abordaje es original: las deudas privadas suelen quedar por fuera del radar de las estadísticas oficiales y del interés de economistas e investigadores. Estas páginas recorren los planes de ahorro previo de los años ochenta, los créditos hipotecarios en dólares y el boom de la compra de electrodomésticos del menemismo, el consumo popular favorecido por el kirchnerismo, los fallidos créditos UVA del macrismo y la quema de ahorros durante la pandemia. Hoy, mientras el gobierno de Javier Milei ajusta a los deudores y da libertad de acción a los acreedores, la Argentina tiene una economía sin crédito y una sociedad con deudas. No es un problema menor: esa experiencia carcome las expectativas sobre el porvenir y atenta contra la ilusión de un mañana mejor, la ficción democrática más necesaria e irrenunciable. Si acceder a un crédito es el futuro, deber dinero es el pasado. Este libro es también una mirada posible sobre el presente de una Argentina encerrada en esa encrucijada.
¿Qué tienen los piqueteros en la cabeza?
Marcos Perezsociología y política serie nueva sociología arg
¿Qué quieren los piqueteros? ¿Cortar calles, complicarle la vida al resto, vivir a costa del Estado? ¿Van a las protestas manipulados por sus referentes? Cada vez es más común escuchar opiniones como estas en la esfera pública. Recuperando trayectorias personales muy diversas y reveladoras, este libro muestra cuán poco sabemos de las verdaderas motivaciones que llevan a los piqueteros a incorporarse a una organización y a permanecer en ella a lo largo del tiempo incluso si no siempre coinciden con su línea política y si a duras penas les permite sustentar a sus familias. A partir de una investigación con foco en la vida cotidiana de los y las militantes de base, Marcos Pérez nos cuenta que muchos usan su activismo no para evitar el trabajo duro, sino para recrearlo. El atractivo de la participación radica, justamente, en que conlleva costos y sacrificios. En un contexto de desindustrialización y desempleo, la mayoría ingresa a un movimiento por necesidad, venciendo sus propios prejuicios y sentimientos de vergüenza. Lo que varios encuentran allí es la posibilidad de reconstituir las rutinas perdidas del empleo asalariado en las fábricas y el sentido de consistencia y respetabilidad asociado a lo que consideran más valioso: el merecimiento debido al esfuerzo, la autodisciplina, el cumplimiento responsable de horarios y tareas. Si los hombres garantizan la seguridad en el barrio y las manifestaciones, o trabajan en la construcción, las mujeres sostienen comedores, guarderías y talleres de costura o de cocina. Y todos están atentos a la puntualidad, el ausentismo, la productividad. ¿Qué tienen los piqueteros en la cabeza? constituye un aporte original y lleno de matices para entender a uno de los actores más relevantes de la política popular en la Argentina, y ayuda a pensar cómo, ante la incertidumbre económica, los sectores más vulnerables no necesariamente adoptan agendas reaccionarias.