Es doctora en Ciencia Política por la Universidad de Harvard y profesora de Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es autora de Sindicatos, coaliciones partidarias y reformas de mercado en América Latina y de Competencia política, preferencias partidarias y política pública en la reforma de los servicios públicos en América Latina. Sus numerosos artículos han aparecido en publicaciones especializadas de los Estados Unidos y América Latina.

La ley y la trampa en América Latina

Daniel Brinks
sociología y política serie rumbos teóricos
$14,290

Si en América Latina las leyes destinadas a eliminar la corrupción, el clientelismo electoral, la discriminación racial o la violencia contra la mujer, a redistribuir los ingresos a los pobres o a proteger el medio ambiente efectivamente se cumplieran a lo largo del tiempo, las consecuencias sociales y políticas serían impactantes. En efecto, la distancia entre lo que imponen las normas escritas y lo que sucede en la práctica es un rasgo persistente en la región, que se ha vuelto más visible desde que los procesos de democratización, en los años ochenta del siglo XX, renovaron las demandas sociales e impulsaron la competencia política. A menudo se asume que la debilidad institucional que está detrás de esta brecha es una condición de fondo, una suerte de destino inscripto en el ADN político latinoamericano. En este libro original y persuasivo se argumenta todo lo contrario: la debilidad institucional suele ser una estrategia política, a la que pueden apelar tanto quienes gobiernan como quienes aspiran a llegar al poder. Así, los autores que sistematizan y condensan aquí sus largas trayectorias en el estudio de la debilidad institucional en la región analizan reglas que se diseñan para no aplicarse, o para que las cumplan algunos pero no otros; reglas políticamente atractivas para quienes las crean pero vetadas de hecho, en el terreno, por los responsables de aplicarlas; reglas creadas para no cumplirse ahora sino en el futuro; reglas que se aplican según la coalición en el poder o la capacidad de los actores sociales movilizados para apoyarlas o rechazarlas. En ese ajedrez político, que empieza en el diseño, sigue en la implementación y termina en el grado de cumplimiento de las normas, se juega buena parte de la calidad de la democracia en el continente, todavía acechada por una combinación de desigualdad, capacidad estatal disminuida y volatilidad política y económica. Al plantear con solidez conceptual y ejemplos concretos un modelo para identificar y comparar la debilidad institucional en la región, este libro quiere llamar la atención sobre una urgencia estructural. Como escriben los autores, tanto en el Norte como en el Sur, ninguna democracia puede funcionar bien sin instituciones fuertes.


Discutir Alfonsín

Maria Victoria Murillo
sociología y política
$19,390

En 1983 el entusiasmo democrático invadió el espacio público con la fuerza de un momento fundacional: imperaba la ilusión, casi el encantamiento, de que todos los problemas de la Argentina podían resolverse y de que el orden político podría recrearse desde la nada. Esa ilusión desmesurada y los temores que entrañaba afectaron la marcha del gobierno de Alfonsín y también las evaluaciones que se hicieron de sus logros y fracasos. ¿Cómo evaluar hoy aquellos años? ¿Cuál es finalmente el legado que nos han dejado? El propósito central de este libro es estudiar ese legado, con sus claroscuros y ambivalencias, a la luz de las promesas incumplidas de una democracia que, tal como se reiteraba, sería la condición de posibilidad para que todos comieran, se curaran y se educaran. El objetivo no es establecer consenso ni ofrecer un diagnóstico final, sino abrir un debate que nos permita distinguir entre los condicionamientos, los errores y los vaivenes, haciendo propia aquella idea de Alfonsín sobre lo que "no pudo, no supo o no quiso hacer" durante su gobierno. En el libro, se analiza la cuestión militar y la política de derechos humanos, los procesos de laicización encarnados en la Ley de Divorcio, el tema de la seguridad, las disputas con el sindicalismo por la política laboral y las tensiones con las corporaciones, como el agro o la industria. Escrito por un conjunto de intelectuales que ingresaron a la vida política durante esos años de la transición democrática, este libro rescata la voluntad de renovación política y la cultura del diálogo, a la vez que reflexiona sobre el papel que juegan el voluntarismo y el liderazgo personalista en la construcción institucional democrática. En este sentido, clarifica las marcas que tanto Alfonsín como los otros actores principales de ese primer gobierno democrático dejaron en la evolución política posterior.