Cómo fumar marihuana y tener un buen viaje

Howard Becker
singular
$17,990
¿Y si el consumo de marihuana no tuviera nada que ver con una predisposición psicológica individual, como algunos todavía creen, ni mucho menos con algún problema psíquico, y fuera simplemente el resultado de un aprendizaje grupal, social? Esto es lo que viene a decirnos Howard Becker, sociólogo y músico de jazz, el primer estudioso que ya en los años cincuenta habló del uso recreativo de la marihuana cuando todos se referían al consumo como abuso. Las sensaciones producidas por esta droga, nos revela, no son automática o forzosamente placenteras. El gusto por la experiencia se adquiere en la interacción con otros, y en ese sentido no es diferente del gusto por las ostras o el whisky: personas más experimentadas orientan y ayudan a interpretar los primeros efectos, para que no generen inquietud o alarma en el novato. El consumidor está mareado y tiene mucha sed, siente un hormigueo en el cuero cabelludo, calcula mal el tiempo y las distancias. ¿Se trata de cosas agradables? No lo sabe del todo. Si va a seguir fumando, tiene que decidir que sí lo son. De lo contrario, tener un viaje se convertirá en algo que preferiría evitar. Así, Becker demuestra que las personas desarrollan una motivación para el consumo recreativo de marihuana cuando aprenden a fumarla de forma que les produzca efectos reales, pero además cuando pueden reconocerlos y disfrutar de las sensaciones que perciben. Con este texto, un clásico que sigue sorprendiendo, Becker instaló un nuevo enfoque sobre el tema, a contrapelo de las miradas estigmatizantes sobre los supuestos desviados y de un paradigma represivo. A su modo desprejuiciado y mordaz, este verdadero maestro de sociólogos reconstruye una guía paso a paso para convertirse en un consumidor de marihuana y tener un buen viaje.

Para hablar de la sociedad

Howard Becker
sociología y política
$26,390
Si usted es un investigador en ciencias sociales –sociólogo, antropólogo, economista–, estará habituado a redactar artículos académicos en los que debe cumplir cuidadosamente ciertas reglas: la delimitación clara del objeto, evidencias o pruebas que certifiquen la veracidad de lo que se afirma sobre ese objeto, la extrema cautela en los juicios de valor. Estos principios metodológicos garantizan la seriedad del trabajo, pero ¿permiten representar la complejidad de la vida social, que está llena de claroscuros? ¿No será que los científicos sociales se están coartando, al imponer límites demasiado estrictos a las formas en que tienen permitido contar lo que han descubierto? Convencido de que el trabajo académico ha adoptado fórmulas predecibles y rutinarias que lo salvan de los riesgos pero a la vez lo privan de cierta fructífera osadía, Howard Becker pone sobre la mesa otras formas de representar la realidad, un enorme arsenal de recursos que podrían “sacudir” los automatismos de cada disciplina. Así, partiendo de la premisa de que las ciencias sociales no detentan el monopolio del conocimiento acerca de la sociedad, Becker analiza el modo específico en que las novelas, las obras de teatro, el cine, las fotografías, los gráficos o los mapas construyen imágenes de la realidad, y lo hace deteniéndose en aspectos que pueden resultar reveladores para un investigador: el lugar que les dan a los detalles, a los puntos de vista divergentes, a las zonas de ambigu?edad, a los usuarios. Con sentido del humor y una sencillez que ya es toda una marca de estilo, Becker echa luz sobre cuestiones de método y propone repensar la lógica férrea que se han autoimpuesto las ciencias sociales. Lleno de sugerencias eminentemente prácticas, este libro es la guía ideal para científicos sociales de todos los campos, para artistas interesados en decir algo sobre el mundo en que viven, y para todos aquellos que estén dispuestos a abrir su caja de herramientas e incorporar instrumentos originales para contar la sociedad.