Lo que nos une

François Dubet
sociología y política
$19,990

¿Podemos construir una vida en sociedad que no niegue las identidades de las minorías? En este libro, el sociólogo francés François Dubet (que es uno de los pioneros en el análisis de estos problemas) toma testimonios de primera mano, describe brillantemente los complejos mecanismos de la representación política, pública y mediática de los discriminados, y propone una igualdad social que no resigne las diferencias. Lo que nos une deja en evidencia las distintas estrategias utilizadas por los gobiernos para enfrentar la xenofobia, el racismo, la estigmatización de los pobres o los diferentes. Ni las políticas públicas que sostienen una discriminación positiva (como igualdad "en los papeles" que nunca llega a ser efectiva) ni una corrección política multiculturalista pueden mejorar la vida de quienes ven condenada su identidad misma. Así, las mujeres están cubiertas por un "techo de cristal" que nunca se rompe, la población negra estadounidense obtiene cupos laborales en cargos jerárquicos pero siempre está hostigada por las fuerzas de seguridad, las minorías sexuales obtienen casi plenos derechos formales mientras deben soportar (en países del Primer o del Tercer Mundo) enormes manifestaciones contra el casamiento igualitario, y los jóvenes pobres y los migrantes, vistos como amenaza, no logran cambios efectivos en su acceso a educación, trabajo y vivienda dignos. La alternativa sólo puede consistir en replantear los principios de la democracia. Por fuera de cualquier voluntarismo ingenuo, Dubet comprueba que la afirmación democrática de lo que tenemos en común allana el camino para que construyamos identidades inclusivas, afianzando una historia en común que nos permita vivir juntos.


¿Para qué sirve realmente un sociólogo?

François Dubet
sociología y política
$19,990
François Dubet, uno de los intelectuales franceses más lúcidos de este siglo, examina en este ensayo el ámbito actual de la sociología –sus circuitos de producción, sus implicancias teóricas e ideológicas, sus posibles “usos” y aplicaciones–, desde una singular mirada cargada de agudeza. En una profesión habituada a explicar para qué sirven los demás, el autor apunta su pregunta a los de su propio clan: “¿para qué sirven realmente los sociólogos?”. En tanto productores de saber, ¿pueden someterse a un principio de utilidad? ¿Son comprometidos, contestatarios, expertos de campo, de laboratorio…? Hace ya tiempo que los mitos religiosos y los contratos sociales no alcanzan para explicar cómo se sostienen, se forman y se transforman las sociedades. Ese papel ha quedado vacante, y es el sociólogo contemporáneo quien, en su lugar, ofrece sus servicios; quien, sin bravura ni divismos, observa, entrevista, verifica, aconseja, critica; quien, en última instancia, da respuesta a la necesidad de las comunidades modernas de conocerse y accionar sobre sí mismas. Como afirma el autor, el sociólogo “está en la sociedad, no al lado ni por encima; no es ni el diablo ni un dios, ni colaboracionista servil ni rupturista heroico”. Apartándose del lugar común, y con una pluma tan fresca como incisiva, François Dubet aporta un testimonio fundamental, desde dentro, que permitirá a todo aquel que se aproxime a estas páginas esclarecer el lugar que le cabe al sociólogo de hoy.

Repensar la justicia social

François Dubet
sociología y política
$19,990

Hay quienes piensan que el mejor modo de trabajar por la justicia social es procurar la igualdad de posiciones, esto es, redistribuir la riqueza y asegurar a todos un piso aceptable de condiciones de vida y de acceso a la educación, los servicios y la seguridad. Y hay quienes piensan que lo importante es garantizar la igualdad de oportunidades, de manera que cada uno coseche logros de acuerdo con sus méritos, en el marco de una competencia equitativa. O se apuesta a un sistema solidario, en el que es central el papel del Estado, o se apuesta al libre juego de la iniciativa privada. Una sociedad democrática debería combinar la igualdad fundamental de todos sus miembros y las "justas inequidades" que surgen del esfuerzo y el talento personales. Sin embargo, los responsables de la acción política deben dar prioridad a uno u otro. François Dubet alerta contra la trampa de la igualdad de oportunidades, que es hoy el discurso hegemónico. Aun cuando responda al deseo de movilidad de las personas, profundiza las desigualdades y puede conducir a la lucha de todos contra todos. Dubet defiende el "modelo de las posiciones", porque atenúa las brechas entre los diferentes estratos sociales. Analizando el ámbito de la escuela, la situación de la mujer y las minorías, este brillante ensayista plantea la necesidad de una reconstrucción intelectual de la izquierda, que debe atreverse a traducir principios en programas y a interpelar a quienes se sienten ajenos a la cosa pública.