César Tcach
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid (España) y doctor en Historia por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). En su condición de profesor titular, es director de la Maestría en Partidos Políticos y del Programa de Investigación de Historia de Córdoba del Centro de Estudios Avanzados de la UNC. Es investigador del CONICET y fue vicepresidente de la Sociedad Argentina de Análisis Político durante dos períodos. Autor de numerosos artículos y libros publicados en el país y en el exterior, entre los que destacan Clandestinidad y exilio. Reorganización del sindicato socialista (1986), Sabattinismo y peronismo (1991), Amadeo Sabattini. Entre la nación y la isla (1999), Arturo Illia: un sueño breve (2006). Fue coordinador o cocoordinador, entre otros, de La política en consignas (2003), La invención del peronismo en el interior del país (2003), Argentina 1976-2006 (2006) y Córdoba bicentenaria. Claves de su historia contemporánea (2010).
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De la revolución libertadora al cordobazo
César Tcachhistoria y cultura serie el pasado presente
En septiembre de 1955, el general Lonardi proclamó a Córdoba como la capital provisional de la República. En 1969, las vanguardias obreras y estudiantiles la imaginaron como la capital de la futura patria socialista. Según distintos relatos, populares y académicos, Córdoba ha sido siempre la caja de resonancia de los conflictos nacionales, así como el atalaya desde donde vislumbrar el rostro anticipado del país. En De la Revolución Libertadora al Cordobazo, César Tcach articula esos relatos con un preciso análisis de la política cordobesa, centrado en el gobierno y los partidos. Como todo el país, Córdoba conoció en esos años la democracia deslegitimada por la proscripción peronista, el pretorianismo militar y el juego de las corporaciones en el llamado parlamento negro. Pero además se singularizó por el marcado desarrollo de las grandes empresas, la formación de un sindicalismo combativo y la existencia de una juventud estudiantil sumamente politizada. Asimismo, se distinguió por un fuerte componente tradicional: una aristocracia togada, de raigambre católica, que supo vincularse con empresarios, eclesiásticos y militares. Como subraya el autor, la provincia mediterránea vivió experiencias políticas fundamentales. Los conflictos se manifestaron en ella de manera exacerbada, poniendo de manifiesto su peculiaridad y también su decisiva influencia sobre la política nacional.